La crisis, los bajos ingresos y la falta de oportunidades lleva a 6 de cada 10 jóvenes de la provincia a permanecer en el hogar paterno
Cada vez son menos y cada vez tardan más en emanciparse. Ese puede el diagnóstico sobre la situación de los jóvenes ourensanos durante la crisis. El periodo de recesión, además, ha permitido observar que las personas comprendidas entre los 18 y los 34 años han optado por quedarse en casa ante la falta de oportunidades o irse fuera en la búsqueda de su futuro. Según los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE), en el año 2008, con la crisis asomando, el 57,6% de los jóvenes ourensanos aún permanecían en el hogar paterno, pero en el 2015, cuando el periodo más duro había remitido, la incidencia había crecido hasta el 64,05%. Sin embargo, en números absolutos la cifra ha disminuido desde los 37.223 jóvenes del 2008 a los 31.873 del 2015.
¿A qué se debe esa oscilación? La hipótesis más manejada es que la emigración ha sido la opción y los que se han quedado, lo han hecho a resguardo del hogar familiar. La emancipación se antoja un camino difícil en este escenario. El economista Raúl González recuerda que "la emancipación es un proceso propio de la juventud, pero que requiere, en la mayor parte de los casos, disponer de ingresos propios". En este sentido recuerda que la Unión Europa ha reconocido la problemática del paro juvenil español: "Los datos hablan por sí mismos, las cifras medias de Europa son de un 24,4% de desempleo juvenil y de un 13,2% de jóvenes que ni estudian ni trabajan". Frente a estas cifras que "asustan" a Europa, los datos españoles, que alcanzan una tasa de paro de un 54,1% "que han sido considerados de catástrofe en el espacio europeo". Para corregir estos efectos se han aprobado ayudas por importe de cerca de 3.500 millones de euros para la creación y formación de la juventud española.
En los datos ourensanos uno de los hechos más llamativos es el alto porcentaje de personas de entre 30 y 34 años que aún no han salido del hogar familiar (35,71%), a pesar de que están en una franja de edad en la que ya deberían haber encontrado sustento para abandonar el nido.
LAS RAZONES
Según un informe del Consejo de la Juventud de España relativo al año 2016, la capacidad adquisitiva de las personas jóvenes de Galicia es inferior a la media de España. El caso ourensano tampoco es una excepción, incluso podría agravar este dato. El salario medio de una persona joven de Galicia es el tercero más menguado de España. El 65,3% de la población joven de menos de 30 años carece de salario y el 21,5% de los hogares compuestos por jóvenes de la comunidad no tienen ninguna persona ocupada. El aumento anual del número de hogares jóvenes sin personas ocupadas ha repercutido en la merma anual del nivel de ingresos medios de un hogar joven.
En este escenario —según la misma fuente—, la emancipación se antoja difícil también desde el punto de vista residencial ya que el precio medio de una vivienda libre en Ourense es de 94.980 euros, la tercera más cara de Galicia, mientras que los ingresos medios son de 13.693 euros anuales, también por debajo de lo que perciben los jóvenes de las provincias de A Coruña y Pontevedra.
