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El exnarco Paspayo, absuelto de agredir y abusar de sus hijos

OURENSE (HOTEL PAZO CARBALLO). 31/05/2018. OURENSE. Pase a disposición judicial de José Fernández, más conocido como "O Paspayo", narcotraficante de Celanova y acusado de abusos sexuales. FOTO: ÓSCAR PINAL.
photo_camera José Fernández, en el banquillo de la Audiencia.

La Audiencia dice que la incomparecencia de los niños no permitió precisar los hechos imputados

José Fernández Blanco (67 años), alias Paspayo, no sumará a su historial delictivo, con antecedentes por narcotráfico, una condena por golpear a sus dos hijos menores con palos, escobas o cuerdas (delito de violencia habitual), maltratarlos y abusar de la niña cuando tenía ocho años. Tampoco pasará una temporada en prisión -ya conoce varias-, esta vez de 10 años si hubiera prosperado la petición de la fiscalía. La Audiencia considera que no hay pruebas para condenarlo.

Y si a la salida de un juicio celebrado a puerta cerrada, juró por Dios y su padre muerto que no había puesto la mano encima a sus vástagos, a los magistrados, tal como confiesa ahora, los miró de frente durante su declaración. "Cuando una persona miente se le ve claramente en los ojos", aseguró ayer nada más conocer el fallo absolutorio. 

Fernández Blanco reconoce que  esperaba este resultado y, amigo de citas, refranes y dichos populares, recurre a uno que, según dice, nunca le ha fallado en su azarosa vida: "No lo hagas, no lo temas". 

Paspayo, quien en su día, tal como él mismo reconoce, hizo del "trabajo con el polvo" un lucrativo negocio en el que hubo socios internacionales, se enfrentó a una grave acusación sustentada en la denuncia de la abuela materna ante los tribunales portugueses. Entre diciembre de 2013 y marzo de 2015 los menores, que habitualmente residían con la abuela en Portugal, pasaron a convivir con los padres en la villa de San Rosendo. Este hecho, junto a la mala prensa que le dio su entonces pareja cuando la echó de casa "por borracha y drogadicta", lo sentaron en el banquillo, según su criterio . "Antes la gente tenía palabra, no como ahora, que te traicionan", comenta.

La incomparecencia voluntaria de los niños y la abuela en el juicio, quienes viven otra vez en Portugal,  jugó a favor del acusado. Pese a que las peritos lusas que vieron a los niños consideraron que no fabulaban a la hora de describir los episodios de tocamientos y el maltrato, la sala destaca que " se carece de prueba directa de los hechos imputados". El mismo argumento que había utilizado Rafael Cid, el abogado del acusado.

Además, la sala destaca que tampoco existe "una prueba indirecta que relate, a través de evidencias físicas o hechos presenciados, la posibles existencia de malos tratos". La Audiencia recuerda que los niños fueron examinados al poco tiempo de cesar la convivencia con el padre y no se determinó la presencia de marcas, cardenales o moratones que evidenciasen los malos tratos denunciados.

Los testimonio de las peritos  del Gabinete Médico Legal e Forense Minho-Limia aportan un testimonio -dice el fallo- que "solo recoge las manifestaciones genérica realizada por los menores, sin que se describan episodios concretos ni se precise en qué consistieron".


Toda una vida en el filo de la navaja


"Pepe Paspayo", tal como le llaman en Celanova, ha vivido siempre al filo de la navaja. Fue condenado por delitos de narcotráfico, robo de relojes de lujo o falsificación de moneda en asuntos que hasta recayeron en la Audiencia Nacional . Pasó por las cárceles del Dueso (Santoña) y Topas (Salamanca). También sufrió un intento de atentado  y le apuñalaron.

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