Se acabaron los aplazamientos

Después de varios amagos en el último año, Celso Barbosa hizo oficial su renuncia a la presidencia de la Cámara de Comercio

Celso Barbosa remitió la carta de renuncia al cargo de presidente de la Cámara de Comercio a través de correo electrónico el lunes a eso de las once de la mañana. Pero la historia de su dimisión no es nueva. El día inicialmente elegido para comunicar que se marchaba era el pasado jueves, pero alguno de sus colaboradores le aconsejó que pospusiese su decisión unos días, pero el aplazamiento fue breve. El viernes a última hora de la mañana Barbosa confesó que la decisión estaba tomada y que la pospondría para después del fin de semana, que pasó fuera de Ourense. Dijo entonces que aprovecharía el sábado y el domingo "para meditar" y que a su regreso haría oficial la renuncia, pero a lo largo de la semana, no necesariamente ayer lunes.

No es la primera vez que el ya expresidente de la Cámara amagaba con dejarlo y dedicarse plenamente a la empresa en la que trabaja, propiedad de su familia. De hecho las exigencias profesionales han sido determinantes. En agosto del pasado año, estuvo a punto de hacer oficial su dimisión, pero decidió finalmente aplazarla. A comienzos de este verano, nuevamente amagó y quedó todo en suspenso hasta ayer.

Barbosa vio pronto como los propósitos con los que llegó a la presidencia de la Cámara de Comercio hace cuatro años se esfumaron: se cortaron las vías de ingresos económicos a través de las cuotas obligatorias aunque la entidad se sostuvo gracias a que estaba saneada económicamente. Tuvo que autorizar un ERE sobre la plantilla de personas que trabajan en la Cámara, lo que le supuso, además, un gran desgaste personal, como confesó en más de una ocasión.

Su intención era otra: irse con la Ley de Cámaras de Galicia aprobada y con el nuevo marco normativo funcionando para orientar la entidad, pero no ha sido así. Ayer decidió guardar silencio y atenerse a sendos escritos, el de renuncia que se envió a los medios y otro, con algunas diferencias, a los miembros del pleno a los que dirigió estos cuatro años. En ella anuncia, con mayúsculas, su dimisión como presidente de la Cámara y, en el tercer párrafo, afirma sentirse "orgulloso de haberte tenido como compañero dentro del Pleno de la Cámara de Comercio". Concluye agradeciendo "el apoyo y a confianza" de sus compañeros, dejando a atrás cuatro años de presidencia.

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