EN LA CIUDAD

Acepta dos años de prisión por robos en los juzgados de Ourense

El valor de los efectos ascendía a 15.991 euros y la mayor parte de las piezas fueron recuperadas porque estaban en un habítaculo del propio pazo de Xustiza

José Manuel R.I. se reconoció culpable desde el primer momento en que lo detuvieron por una oleada de robos en el Pazo de Xustiza a lo largo de 2015, en donde trabajaba como personal laboral de la Xunta en labores de mantenimiento. Por esta misma razón, aceptó la pena propuesta por el ministerio fiscal ante el propio juzgado instructor en una comparecencia celebrada esta semana, pero sin vista pública: dos años de cárcel y 600 euros en concepto de responsabilidad civil. La misma sentencia le impone una inhabilitación especial para empleo o cargo público relacionado con la custodia o vigilancia de efectos por el tiempo de la condena.

El inculpado cometió los robos aprovechando las facilidades que tenía para moverse por el edificio judicial de Concepción Arenal. "Tenía acceso a todas las dependencias al encontrarse las llaves de los distintos despachos en un local de la planta baja utilizado por el acusado", asegura la fiscal en su escrito de acusación.

José Manuel R.I. se apoderó, sobre todo, de joyas y objetos como teléfonos móviles depositados en los archivos de los juzgados como piezas de convicción (pertenecientes a procedimientos penales) y hasta en la caja fuerte de la Audiencia. En total, según la pericial practicada, el valor de los objetos sustraídos alcanzó los 15.991 euros. La mayor parte fueron recuperados ya que estaban guardados en bolsas y cajas en un habitáculo del archivo general del Pazo de Xustiza que utilizaba el acusado.

Entre los relojes sustraídos figuraban un lote de seis, valorados en 10.000 euros, incluidos en un sumario por asesinato: los que había robado el rumano condenado por apuñalar a Tomás Milia  en la noche del 6 de octubre de 2013 en su domicilio de la calle Curros Enríquez.

Algunas de las alhajas sustraídas habían sido vendidas por José Manuel R.I.  en febrero de 2015 en una joyería de la calle Ervedelo, pero pudieron ser finalmente recuperadas. Incluida una cadena con crucifijo que llevaba al cuello el día de su detención.

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