Alex Vázquez Palacios, pintor
El pasado 4 de septiembre, el Centro Cultural Marcos Valcárcel inauguraba la exposición "... Como o aire se pinta a si mesmo" del pintor Alex Vázquez, quien asumía un reto innovador: unir la cultura de la pintura con la cultura del vino, a través de catas y, en ocasiones, con la cultura musical, a través de conciertos. Con la última cata celebrada ayer, el reto quedó más que superado. Cada jueves, distintas bodegas, bajo el paraguas del Consello Regulador del Ribeiro, lograron congregar a más de un centenar de ourensanos en la sala que acoge la obra de Alex Vázquez, quien se muestra satisfecho de la experiencia: "Todo ha salido a la perfección. No ha habido ni un fallo. Tanto Abanca como el Consello Regulador y el Centro Cultural asumieron esta idea y creo que hemos acertado".
¿Qué balance hace de esta experiencia?
La impresión general es mucho mejor de lo que esperaba. Todo se fraguó en muy poco tiempo. En julio empezamos a plantearlo y en una semana ya estaba organizado. Ver cómo jueves a jueves, la expectación que generamos fue aumentando y no decreciendo ha sido muy satisfactorio.
¿Cómo ha sido la relación con el público todos los jueves?
Es un mundo de sugerencias, pero de todas formas, el día de la inauguración yo fui el protagonista, pero a partir de ahí, los jueves yo era como el anfitrión y los protagonistas fueron las bodegas que hacían sus catas o los músicos que venían. Hacían una intervención cultural y a mí me estaban enriqueciendo. Echaré de menos los jueves en mi agenda.
Esta exposición, ¿tendrá continuación?
Mi pintura es casi una mera disculpa para reflejar la luz, el movimiento, el color, y para expresarme. Esta muestra fue pintada expresamente para esta sala. Siguiendo esta línea, en el Museo de Pontevedra harán un recorrido por mi obra. También tengo un proyecto en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en colaboración con el Consello Regulador del Ribeiro, que esperamos llegue a buen termino.
¿Habrá exposición con el Ribeiro como tema?
La verdad es que estoy ansioso esperando el frío porque quiero expresarme con ese color espectacular que cubre al Ribeiro en el otoño frío, que todavía no ha llegado. La exposición de Madrid se va a centrar en el mundo del vino, y el Ribeiro supondrá más del 50 por ciento de la misma.
¿Le sorprendió el público?
La respuesta ante mi obra es muy variopinta y a veces te sorprenden. El mosaico que tengo de más de treinta cuadros fue para mí una sorpresa. Lo estrene aquí y me entendió todo el mundo, tanto gente experta como gente que pisaba la sala por primera vez.
¿Cuál es el mejor regalo para un pintor?
Para mí, sentirme comprendido; no valorado, porque no aspiro a que hagan de mí un mito, ni nada de eso. Soy consciente de que hago un trabajo correcto y trato de ser yo mismo,pero me gusta que me visiten y en este caso creo que la de Ourense ha sido la más visitada de toda mi trayectoria.
¿Cuál es su miedo?
En el estudio tú eres el rey, estás a solas con tu cuadro, te peleas con él; cuando lo firmas estás convencido, y tú dominas la situación. Cuando sacas los cuadros fuera de casa entonces empiezas tus problemas y tus dudas, pero la gente es bastante benevolente conmigo.
¿Queda algún reto?
El siguiente cuadro supone un reto. Ahora estoy metido en una obra de dimensiones grandes, pasando del 2x2 y eso es un reto. Desde poder realizarla coherentemente hasta las dimensiones. Pero en pintura siempre me he planteado ir quemando etapas, no acomodarme porque sino acabas autocopiándote y tu pintura acaba perdiendo frescura, fuerza, sinceridad.
