TRIBUNALES - OURENSE

Exsocios en un negocio de venta de coches se acusan mutuamente de engaño

OURENSE (AUDIENCIA PROVINCIAL). 14/12/2017. OURENSE. Juicio contra Abdoulaye Samb Pereira, vecino ourensano de origen senegalés, acusado por estafar a otra persona en un negocio para la exportación de vehículos a Senegal. FOTO: ÓSCAR PINAL
photo_camera El acusado de estafa en el juzgado.

La fiscal pide tres años de cárcel para el hombre que los llevó a Senegal 

Dos socios en un fallido negocio centrado en la venta de coches usados en Senegal en el año 2012 enfrentó ayer en la Audiencia de Ourense a Abdoulaye P. y a José Manuel G.A. Este último denunció al primero por estafa, en tanto que asegura que el inculpado se quedó con una veintena de coches de su propiedad, además de otras cantidades de dinero como los 34.228 euros que le entregó para construir un expositor en la ciudad de Dakar, pero que nunca "llegó a ver porque dice que lo derribó un vendaval".

El acusado, para quien la fiscal reclama una pena de tres años de cárcel, asegura que le pagó los coches, aunque después el representante del denunciante en el país africano se quedó con la mitad, según su versión.

En la sala de vistas se escucharon dos versiones totalmente contrapuestas en las que ambas partes se presentaron como víctimas de un negocio en un país extranjero en el que hubo más palabras que papeles ya que tan siquiera había un contrato que especificase las obligaciones de cada parte.

La fiscal, tras la instrucción del caso, reclamó una condena de prisión y multa (nueve meses a 10 euros al día) porque entiende que hubo engaño suficiente por parte de Abdoulaye P. para un desplazamiento patrimonial a su favor. Para la acusación pública, José Manuel G.A., "empujado por la situación económica que vivía España y ante una oportunidad en Senegal", se embarcó en una relación comercial en la que él puso los 22 coches, además de 128.161 euros en distintos conceptos (derechos de aduanas, gastos de transporte, seguros…), pero no obtuvo casi nada a cambio. En palabras del supuesto perjudicado, 9.200 euros vía transferencia y 5.000 entregados en mano por la venta de uno de los turismos.

“Me parecía muy serio"

El denunciante, administrador de un concesionario en Untes, confió en su socio porque le parecía "una persona muy seria y con contactos". Ahora, cuando echa la vista atrás, es como "si perdiera la cabeza". Y explicó que no sólo en España sino también en Senegal inició dos procedimientos judiciales por este mismo asunto. Según su versión, le entregaba coches con el compromiso de que se los pagaría conforme los fuese vendiendo.

El inculpado, quien llegó a regentar tiendas textiles en Ourense y una en Vigo, insistió en distintos momentos -el interrogatorio y durante el derecho a la última palabra- en su inocencia y en la difícil situación económica a la que lo abocó el negocio de los coches por los que pagó en metálico algo más de 105.000 euros, la parte que le correspondía. Explicó que no solo estaba arruinado sino que se sentía humillado. Actualmente, trabaja cargando cajas en Cáritas por ocho euros al día para poder sostener a la familia (tiene tres hijos).

Ante el tribunal que lo juzgó interesó "la misma justicia que en Senegal", país en el que en el proceso civil "lo condenaron a él a devolverme los 10 coches que quedaban por vender". En ese país está en curso un proceso penal en el que se archivaron los cargos de estafa y falsificación documental, aunque sigue abierto por supuesta administración desleal, según explicó el letrado de la defensa. Incluso llegó a estar en prisión provisional cuatro meses por estos hechos.

La defensa reclamó la libre absolución "porque no hubo engaño", sino que el único problema que se produjo -valora- fue "la falta de paciencia" del denunciante que acudió a la Justicia "al mes y medio de iniciarse un negocio fallido, si dar tiempo" a que se hubiera rodado.

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