El abogado del ciudadano rumano entiende que no hay riesgo de fuga, argumento que esgrimió la jueza para prorrogar su reclusión
La defensa del joven acusado de matar al farmacéutico Tomás Milia, de 72 años, en su domicilio de Ourense hace dos años, recurrió ante la Audiencia provincial, como ya había anunciado, el auto que ordenaba su continuidad en prisión y solicitó la libertad con fianza al entender que "no concurren los presupuestos necesarios para mantenerlo en prisión provisional".
El presunto autor del crimen, Alexandru Marius Luca, de nacionalidad rumana, ingresó en prisión provisional el 7 de octubre de 2013, y el tiempo máximo estipulado para este caso, alega el letrado, Eduardo Mazaira, es de un año y nueve meses. La ley establece que, transcurridos dos años, es imprescindible celebrar una vista oral para que la Justicia decida si puede prorrogarse la reclusión preventiva.
A pesar de la petición de libertad de la defensa, el Juzgado de instrucción número 1 de Ourense acordó recientemente mantener la prisión provisional comunicada y sin fianza al entender que existe riesgo de fuga, en base a su falta de arraigo y por la gravedad de los hechos.
En sus alegaciones, el abogado esgrime, sin embargo, que en este caso "no hay riesgo" de destrucción de pruebas al encontrarse la instrucción finalizada, un año y nueve meses después de los hechos. Se sustenta, para ello, en que el joven carece de antecedentes penales y se encuentra "completamente integrado" en Ourense por lo que considera "improbable que abandone su entorno para eludir la acción de la Justicia", y añade que está actualmente bajo tratamiento psicológico y psiquiátrico.
"No tiene familiares en el extranjero. No tiene recursos económicos suficientes", según el abogado, quien insiste en el "nulo riesgo de fuga". Asimismo, apela al fin de la fase de instrucción para rechazar posible destrucción de las pruebas.
Revocación
Por este motivo, pidió "la revocación de la medida de prisión" y que se sustituya por "libertad con fianza" tras aclarar que "el mantenimiento de la situación provisional carece de sentido".
La investigación apunta a que la víctima pudo morir apuñalada antes de que se originara el fuego, que habría comenzado en un armario del salón.
La Policía detuvo al joven rumano como sospechoso de incendiar y matar al farmacéutico y de atentar contra la autoridad. El caso había generado una gran conmoción en la ciudad por tratarse la víctima de una persona muy conocida.
