Estaba siendo buscado por tres juzgados, dos para tomarle declaración y otro para ingresar en prisión
La Guardia Civil de Ourense detuvo el pasado día 22 en Agra (Pereiro de Aguiar) a Adelmo Cascón Pato, de 48 años, por orden del Juzgado Central de lo Penal 1 de Madrid (Audiencia Nacional), en virtud de una orden de búsqueda y detención del pasado mes de mayo para que ingresara en prisión y cumplir una condena pendiente. También estaba siendo buscado por el Juzgado de lo Penal 6 de Málaga y el Juzgado de Instrucción número 28 de Madrid, pero en este caso por una notificación pendiente así como para tomarle declaración por un delito de estafa. De hecho, el juez de guardia de Ourense lo interrogó en relación al delito contra el patrimonio vía exhorto.
Adelmo Cascón ya había sido detenido en julio del 2015, junto con otras 20 personas, en su mayoría miembros de su misma familia, dentro de una operación contra el contrabando de metales preciosos. Además, el Juzgado Central de Instrucción 3 lo investigó durante el año 2017 por blanqueo de capitales -30 imputados- al supuestamente comprar oro y plata, en algunos casos joyas robadas, en el mercado negro para venderlas después en fundiciones y empresas legales.
El detenido figura en la investigación como el jefe de un clan que creo varias empresas para tapar su presunta actividad delictiva, para la que contaba con numerosos testaferros. Trabajó en el año 2013 como guía turístico en África, donde se inició en el mercado de los metales preciosos, sobre todo oro y plata. El detenido, que habitualmente reside en Majadahonda (Madrid), donde tiene la mayor parte de su patrimonio.
Adelmo Cascón estaba refugiado en los últimos meses en la localidad de Cima de Vila (Pereiro de Aguiar), donde conserva la casa de sus antepasados, en la que residía con miembros de su familia, entre la que, al parecer, intentaba pasar desapercibido.
Una vida de lujo que fue a menos estos años
Adelmo Cascón Pato no nació en Pereiro de Aguiar, pero buena parte de los vecinos están al corriente de sus actividades y detenciones. Ninguno de los residentes se mostró sorprendió con la detención dada la vida de lujo que se llevaba en los últimos cinco años. Recuerdan que algunos de los veranos venía de vacaciones al pueblo conduciendo coches de alta gama, con los que se desplazaba a comer y cenar en los mejores restaurantes de la ciudad y el municipio.
Pero esta vida, al parecer, fue a menos en los dos últimos dos años, durante los que parte de la familia optó por quedarse a residir definitivamente en Pereiro.
