Muebles Zalama se suma a la lista de tiendas históricas que pasan a mejor vida. El establecimiento, que nació en 1968, dará paso a "otro proyecto", dice la propiedad. Es el cuarto comercio que cierra en unas semanas
Un modelo comercial está en revisión e históricas enseñas van plegando velas. Después de 46 años de actividad, Muebles Zalama dice adiós desde su establecimiento de la calle Doctor Marañón y la marca pasa al baúl de los recuerdos. Sus propietarios reinventan el negocio con un nuevo proyecto que pronto iniciará su andadura. "El casco histórico está muerto comercialmente, sobre todo desde la Praza Maior hacia la zona del Posío y desde que Doctor Marañón se peatonalizó, ha ido a peor". La demoledora sentencia es de Rafalel Sousa Conde, que, con su hermana Elisa, está al frente del negocio que ahora está liquidando, como lo anuncia un gigantesco cartel sobre la fachada principal de la tienda.
La ciudad está despidiendo a nombres históricos de la actividad comercial. Bazar Orense, comercio nacido en 1935 sale de la calle del Paseo; calzados Chavalín ha pasado a mejor vida, y la armería La Lira echó el candado hace unas semanas en la calle Alejandro Outeiriño por la declaración de ruina del edificio.
Elisa Sousa denuncia que las instituciones con competencias en el sector (sobre todo el Concello) "han favorecido a los más grandes y los pequeños nos hemos tenido que buscar la vida". Con el cierre de algunas tiendas se entierra una forma de vender, pero también queda una mella en la fisonomía comercial y social de una ciudad.
En algunas ciudades (caso de Barcelona) han surgido movimientos ciudadanos que pretenden salvar históricos comercios, sobre todo aquellos que están en la zona antigua, pero con desiguales resultados. Esos hipotéticos apoyos no han germinado en Ourense.
La crisis y el fin de los contratos de renta antigua han puesto fecha de caducidad a muchas actividades comerciales, también en Ourense. En el caso de Muebles Zalama en el cierre ha tenido que ver más el agotamiento de una fórmula de ventas que el fin del contrato de alquiler porque el local es propiedad de la familia.
Al frente del negocio están los hermanos Elisa y Rafael Sousa Conde, pero el impulsor fue el padre de ambos, Rafael Sousa González. Cuando las tiendas de muebles eran una actividad boyante —sobre todo por la eclosión de la construcción— el rótulo de Zalama se podía ver en la calle Greco —que ya cerró hace cinco años— y en un bajo de la calle Cabeza de Manzaneda. "El sector del mueble está bastante tocado", reconoce Elisa, pese a que la firma tenía "un catálogo de decoración bastante abierto". Como quiera que el negocio no daba para más, la propiedad decidió reorientar la actividad. El local que cerrará el 24 de diciembre albergará "un nuevo proyecto" que por el momento los promotores prefieren mantener en secreto.
Al mismo tiempo, el pasado lunes abrió Dormis —de los mismos propietarios— en la misma calle. La firma nació hace diez años y estuvo en la avenida de Portugal, pero también ha hecho la mudanza. Muebles Zalama, por el contrario, ya no hará más cambios. "Entre y póngale usted precio" a la mercancía, provoca el cartelón de la fachada. "Seguro que llegamos a un acuerdo", concluye.
