TRIBUNALES

Admiten que robaron en 24 pisos de chinos en busca de dinero y joyas

<p></p>
photo_camera Chauer Boumediane y Djilali Bouzza, ayer en la sala de vistas del Juzgado de lo Penal 1.

La banda estaba integrada por tres argelinos y un iraquí, dos de ellos en busca porque están en paradero desconocido

Hay tópicos que funcionan con el poder de atracción de las grandes certezas. Talismanes que mueven voluntades y guían propósitos en el mundo ordenado o en el más caótico. Djilali Bouzza y Chaeur Boumediane, ambos argelinos, reconocieron ayer que se guiaron por uno para formar parte de una banda de ladrones que entre abril de 2008 y el 15 de diciembre de 2009 asaltaron 24 viviendas habitadas por ciudadanos chinos en puntos tan dispares como Ourense o Calatayud. La elección no era baladí ya que estaban completamente convencidos de que en las residencias de los asiáticos había dinero. Creían a pies juntillas que los chinos prefieren el colchón (sus propias casas) a las cajas fuertes de las entidades bancarias.

En el año y medio de periplo delictivo, consiguieron algo más de 80.000 euros en dinero, a lo que habría que sumar otro tanto en joyas, tecnología (ordenadores) o ropa. En Albolote (Granada), el 4 de noviembre de 2009 lograron un botín de 20.000 euros en efectivo y joyas. En Gijón, el 12 de diciembre de 2008, consiguieron 10.500 euros, además de cinco ordenadores, una cámara fotográfica, joyas y hasta una cazadora. En el piso asaltado en Ourense, en el número 6 de Bonhome, se apoderaron del dinero que había en un cajón, un móvil, cuatro anillos, tres cadenas, un aparato de música, una chaqueta, 4,400 euros en efectivo y hasta dos botellas de güisqui del caro (220 euros) . En total, 7.5.30 euros.

Los dos encausados, que ayer fueron juzgados en el Penal 1 de Ourense, formaban parte de una banda integrada por varias personas de las que se sólo se logró identificar y detener a cuatro. Dos de ellas, Habibo Gharnati, iraquí, y Omar Moussi, argelino, están en paradero desconocido por lo que el Juzgado de Instrucción 1 decretó su busca y localización. Por su parte, Djilali Bouzza y Chaeur Boumediane reconocieron los robos y aceptaron la pena tras pasar por el tamiz. La fiscal aplicó una atenuante a su petición inicial -cinco años de prisión- al tener en cuenta dilaciones indebidas, es decir, la demora en la instrucción del caso. El primero, que es reincidente con el mismo delito, será condenado a un año y 10 meses de prisión. No ingresará en la cárcel pero a cambio debe cumplir un año de trabajos en beneficio de la comunidad.

A su compañero de banquillo le penan con un año y seis meses de cárcel , pero al encontrarse en situación irregular en España será expulsado durante cinco años en el momento de la ejecución del fallo.

Un telefóno móvil les delató

Pese a que los  encausados estuvieron en 15 ciudades,  la instrucción recayó en Ourense porque el juzgado de Valencia, en donde  tuvo lugar el primer robo  el 17 de abril de 2008, se inhibió a favor de Ourense cuando se perpetró el segundo asalto (29 de mayo de 2008).

Los investigadores conectaron a la banda con la mayor parte de los robos gracias a un teléfono móvil robado en febrero de 2009 en un piso de Oviedo. El teléfono, que era utilizado por Omar, destapó el paso del grupo criminal por distintas calles y ciudades en donde se producían robos en pisos de chinos, según aseguró ayer la fiscal del caso. Otra de las pruebas que los incriminaba, según añadió, fue el reconocimiento de algunos de los objetos robados, hallados en los registros domiciliarios practicados tras su detención,  por parte de las víctimas. Sin olvidar, que la policía les "pinchó" los teléfonos durante meses para llegar a cercarlos.

La acusación pública asegura que los ladrones acudían días antes a las ciudades para vigilar a sus víctimas y así asegurar que no estuvieran en sus domicilios en el momento de dar el golpe.

Te puede interesar