Regidores de la Baixa Limia, donde el fuego acosa a espacios protegidos, reconocen que no pueden encargarse de todo el desbroce
El martes ardió el monte entre A Feira Vella y San Fiz de Gález, en Entrimo. El fuego abrasó Pía da Moura, un yacimiento arqueológico coronado por una peña que domina el Limia y desde donde se accede a la cascada del Pozo Caído. El entorno de la iglesia, el del yacimiento también, estaban sin desbrozar a principios de verano. El Concello de Entrimo remitió un escrito el 16 de junio a la dirección del Parque do Xurés para solicitar que la brigada (única) del parque acometiera los trabajos de limpieza de esos y otros lugares a los que "a disponibilidade de medios" no les permitía atender. "Non se limpou", reconoce la Consellería de Medio Ambiente, "non é competencia nosa, acudimos na medida das nosas posibilidades".
Pía da Moura está en terreno calificado como Reserva de la Biosfera, como toda la Baixa Limia, pero fuera del parque -más de dos tercios de la superficie del municipio están dentro-. En cualquier caso, el Parque do Xurés (su brigada) suele acudir en auxilio de los concellos que por sus propios medios no pueden mantener el monte limpio ni siquiera en "zonas de alto valor paisaxístico" como las referidas en el escrito. Faltan medios, pero también coordinación. Ya no existe la figura de director del parque, pero Medio Ambiente sigue recibiendo peticiones como las de Entrimo.
"As asfaltadas desbrózanse todas" contesta Celso, conductor del tractor que se encarga en verano -el resto del año desempeña otras funciones en el ayuntamiento- cuando se le pregunta por el mantenimiento de las pistas. "Ás do Xurés non chegamos a todas. E parece que teñen o tractor do parque avariado". Lobios, el concello más grande de la zona y con más superficie catalogada dentro del Parque Natural, dispone además del tractor, de una brigada municipal para la lucha contra los incendios, y de uno de los GES de la provincia. El desbroce de las pistas y caminos comienza en junio. "Antes non ten sentido facelo", explica Celso, que barre la maleza de dos kilómetros de pista cada día: "Catro metros a cada lado, para que xa quede para toda a campaña de verán".
En Lobios, este verano, van por las cifras habituales: un pequeño incendio en terrenos de O Xurés y 35 hectáreas en Grou a principios de julio.
En el concello vecino, Muíños, 4.500 hectáreas de Parque Natural -el 15% del total del mayor espacio protegido de Galicia- la cosa va mejor que otros años. Hay medios. "Facemos un gran esforzo", subraya el alcalde, Plácido Álvarez. "Pero é certo que a situación do parque é manifestamente mellorable. Ao mellor tamén é culpa dos alcaldes... Bótase de menos máis colaboración cos concellos e máis material e capital humano no parque".
Álvarez desglosa los números del esfuerzo: dos brigadas, 10 brigadistas; un GES con seis personas para el que acaban de pedir tres más, un coche bomba, un todoterreno, un tractor en propiedad. "Pero non chegamos a todo, por iso pedimos que se dinamice o parque. A separación de competencias entre Medio Rural e Medio Ambiente crea disfuncións. Se non se pode manter en condicións, mellor non telo declarado Parque Natural".
En Bande, que incorporó terrenos al Parque do Xurés en la ampliación de 2009, José Antonio Armada, el alcalde, dice que es "imposible" atender casi cien kilómetros cuadrados de superficie (la del concello) con dos brigadas y un tractor. "As brigadas están empezando a traballar agora. Dependemos moito da Xunta, dos trámites. Habería que empezar antes, claro", dijo a este periódico esta semana. Son los propios concellos los que priorizan las zonas de actuación. En Bande, por ejemplo, con 42 núcleos de población, se realiza la prevención primero en los pueblos, luego vienen las peticiones de los pedáneos (habitualmente para proteger bienes como animales) y de las comunidades de montes. Se atiende también al parque en la medida en que las peticiones anteriores incluyen terrenos protegidos. En Lobeira no hay brigada municipal este año. "Cando collín a alcaldía xa rematara o prazo", explica Antonio Iglesias. En Calvos, el concello mantiene el pulso con Medio Rural por la responsabilidad de la limpieza de las pistas del parque después del incendio de más de 100 hectáreas a mediados de julio.
