ENTREVISTA

Alfredo Conde: "Ahora tengo muy poca esperanza en los tiempos que le tocan a la cultura"

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photo_camera El escritor alaricano Alfredo Conde.

 "Chovida do ceo" es por el momento la última aventura del comisario Salorio, ya que su creador, el escritor Alfredo Conde, lo ha "abandonado" para sumergirse en sus memorias.

 "Chovida do ceo" es por el momento la última aventura del comisario Salorio, ya que su creador, el escritor Alfredo Conde, lo ha "abandonado" para sumergirse en sus memorias. Desde hoy inicia, además, una nueva etapa como colaborador de este periódico. Conde, a quien el año pasado la salud le dio un susto muy importante, asegura que él es un hombre que ha pasado de "grandes admiraciones a grandes odios y grandes desprecios, pero ahora todo eso me importa un comino".

¿Malos tiempos para la cultura o hemos estado peor?

Bastante malos, la verdad es que sí. Acabo de cumplir 70 años y alguna perspectiva tengo, y está claro que alguna dedicación más de lo que ahora se le presta, siempre se le prestó. En tiempos del franquismo había censura y una serie de obstáculos y situaciones que, sin embargo, no impidieron que cada día fuese menos malo que el anterior, dicho de otra manera, que cada día fuera mejor que el anterior.  La dictadura se iba debilitando e íbamos tomando espacio a partir de una realidad.  Había esperanza y hoy yo la verdad que tengo muy poca. No veo que la cultura tenga la atención y la dedicación por parte de quienes están obligados por ley a promoverla que debería tener. Cosas como  el 21 por ciento de IVA no la ayudan. Probablemente, porque no hay dinero, pero lo curioso es que lo hay para otras cosas.

Esta situación, ¿es porque se la menosprecia o porque se la teme?

Creo que puede ser una mezcla de todo. La cultura, en principio, dicen que no da dinero, craso error. El uno por ciento del PIB lo cubre el libro, el 11 por ciento lo genera la cultura. Y no está valorado, al menos yo no lo conozco, qué pasa con el patrimonio cultural español que atrae a millones de personas. Ahí puede haber menosprecio por una parte, ignorancia, y por otra, cierto desdén y cierto miedo al mundo de la cultura también.

Los tiempos malos, ¿son idóneos para dar buenas historias a un escritor?

Todos los tiempos son buenos para que un escritor tenga historias para contar, el problema es cómo contarlas y cómo difundirlas. Creo que lo que hay es una disminución cualitativa, es decir, si vemos como está el mundo editorial, cinematográfico, vemos que el nivel no es el mismo que hace unos años. Por ejemplo, España era el país que más pronto y mejor traducía obras de otros idiomas, eso ha desaparecido. Nos habíamos convertido en un faro cultural. Hoy se siguen viendo muchos libros y muchas novelas, claro que sí, de autores muy conocidos, pero que no tienen el nivel literario, artístico, que tenían los de hace unos años. Ahora es mucho más prosaico todo.

¿El bum de libros firmados por personajes televisivos o famosos, favorece porque aumenta los lectores o perjudica por la falta de calidad literaria?

En la feria del 15, en Allariz, cuando yo era joven, un ciego cantando  las coplas tenía más oyentes en una mañana que Pío Baroja lectores en un año. ¿Qué sucede? Que habíamos hecho un mundo esperanzado para cuando todo el mundo supiera leer y escribir. Ahora es prácticamente así, pero el nivel de demanda es equivalente al de la gente que escuchaba las coplas de ciego. Hay un montón de novelas que tienen un nivel equivalente a ese ciego. Aunque el nivel medio nunca fue más alto que ahora, el medio individual probablemente sea más bajo ahora.

¿La literatura gallega es la que refleja una manera de sentir o la que se escribe en gallego?

Es complicado, vamos a ver, literatura gallega es la que se escribe en gallego, es de cajón. Literatos gallegos o escritores gallegos son todos los que escriben en Galicia, lo hagan en castellano o gallego. Pero, ¿es literatura gallega Valle-Inclán? Coño, yo diría que lo es, creo que literatura gallega la hizo Valle Inclán, irlandesa Joyce, y que siempre es mejor sumar que restar, y que dividir.

¿Piensa usted en las ventas a la hora de escribir?

Ponle que yo he escrito entre 35 o 40 libros, casi todos los he escrito en gallego y traducido al castellano, y mientras los traduje no gané dinero, porque nadie me lo pagó. ¿Por qué lo hice? Por una afirmación personal, que nunca me dio la puñetera gana de renunciar a ninguno de mis dos idiomas, los dos son míos, castellano y gallego.

Usted pasó por la política, ¿cómo lo recuerda y cómo ve ahora la situación?

Lo de ahora lo veo deleznable. Cuando yo participé en política, como mucha otra gente, fue primero en la clandestinidad, y ahí los intereses que te guiaban no eran personales. Cuando vino la democracia nos incorporamos a la política y seguíamos teniendo ese tipo de intereses y coincidimos con otra gente que había renunciado a su poder durante la dictadura por la democracia. Después, poco a poco, los tiempos iban cambiando, y hoy tenemos una constitución obsoleta que permite, yo eso de la casta la escribí hace 20 años y lo del bipartidismo, una dictadura democrática. La política hoy la veo con este distanciamiento.

¿No volvería?

Tal y como está el patio no, ¿Para qué? ¿Para qué?

¿Qué libro le ha dado más satisfacciones?

Es evidente que el Grifón, que se ha vendido por todo el mundo. Satisfacciones todos, el premio Nadal, el libro, no el premio, porque es la historia de un hombre con parkinson y recibí muchos mensajes gratificantes, y ha sido el que me ha hecho sentir más útil como escritor, aunque desde luego no la escandalera del premio.

¿Sigue con el comisario Salorio?

De momento, está aparcado el comisario. Ahora como ya voy cumpliendo años estoy con mis memorias. Voy muy lentamente, no tengo prisa y las estoy escribiendo para que las lean mis nietos.

¿Completas o maquilladas?

Si por algo me distingo siempre, es por decir lo que  me viene a la boca. Cuanto más lo pienso, más creo que lo debo escribir. Cuento lo que viví, como yo creo que lo he vivido.

¿Qué aportará en La Región?

Dos colaboraciones semanales. Una en domingo, si los lectores lo aguantan, con un artículo evocativo del Ourense que se nos fue. Intento recuperar el Ourense de mi niñez y primera juventud. Los jueves será algo más de actualidad, al pie de lo que sucede.

¿La poesía está ya abandonada?

Las críticas de ese libro me asustaron un poco porque son buenas, pero llegué a la conclusión de que las recibí, porque tengo amigos y me tratan bien, son generosos. Hace un año estuve muy malo y salí con muchas ganas de vivir, e hice esos 69 poemas de amor a vivir, uno por cada año que tenía en ese momento. Pero eso no hace de mí un poeta así que  prefiero seguir en la prosa, con mis memorias y con novelas que aún tengo varias por escribir en la cabeza, pero por si no me da tiempo, porque la lección ya la aprendí, prefiero seguir con las memorias.

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