EN CLAVE | OURENSE

Algo más que unos malnacidos

La Administración recrimina la pésima condición humana de quienes atracan a ancianos en el rural. Éstos, temerosos, esperan algo más, siquiera que el cura se acuerde de ellos en el sermón del domingo.

Lunes, 6 - Las conciencias también se limpian

Llevan cinco meses en Ourense, son auxiliares de conversación y han venido de Francia, Estados Unidos y Reino Unido. Dicen sentirse seducidos por algunos rincones de la ciudad, con el brillo en la mirada de personas enamoradas de nuestra tierra, pero ya desengañadas porque a nada que nos van conociendo perciben nuestros defectos. Este grupo de extranjeros que no pasa de los 25 años disfruta de los mismos espacios que nosotros, aunque ellos parece que se ponen a salvo de nuestro desdén. Fueron noticia el lunes porque, pese a que el temporal era de aúpa, se dedicaron a limpiar la basura de Montealegre, un lugar por el que dicen sentir predilección y que los ourensanos conocemos poco porque los coches no pueden entrar dentro, no se puede aparcar al pie del árbol. Decía Ely, que firmaba el texto, que de paso que retiraban las inmundicias, los chicos limpiaban nuestras conciencias. Temo que ahí tienen mucho que fregar.

Martes, 7 - La seguridad y la condición humana 

Si es habitual de este periódico y se ha dado una vuelta por sus páginas estos días habrá reparado en un buen número de fotos y testimonios de gente mayor de nuestro rural. Imágenes de la soledad, miradas de desprotección, manos temblorosas por el miedo, nudillos como sarmientos y una piel que los tapa con los signos inequívocos de la edad. Testimonios con voz temblorosa, quebrada por la emoción. "Si lo recuerdo, no duermo", se lamentaba casi sollozando Manuel, víctima de un asalto en su casa en el año 2013. El titular de portada era una auténtica bofetada: Los asaltos a viviendas en el rural ourensano suman 316 en 14 meses. El asunto tuvo los días siguientes más secuelas informativas para dimensionar adecuadamente el alcance del problema. Un compendio de situaciones alimentan, claro, la proliferación de robos en el rural. Por ejemplo: la despoblación, el envejecimiento, la soledad, la falta de medidas de autoprotección, la disminución de efectivos de seguridad, el conocimiento que tienen los ladrones de sus víctimas, que son frágiles e indefensas ante una acción delictiva. Durante estos días ni una sola reflexión profunda sobre este problema, ni un solo gesto de solidaridad pública con este estigma, ni una sola reacción de condena, ni un solo comunicado de los partidos políticos que tienen soluciones para casi todo y que no resuelven casi nada, ni un solo comentario sobre si el rural ourensano ya está totalmente amortizado y debemos olvidarnos de él. Por sospechar, hasta sospecho que ni en los sermones del cura en la misa del domingo se ha dicho algo. Fuera de los púlpitos, el silencio. Bueno, un silencio solo roto por el subdelegado del Gobierno, que dijo en La Región lo siguiente: "Se me revuelve el estómago pensar que hay personas, al margen del robo en sí, capaces de lesionar a personas mayores: ¿no tienen madres y abuelas?" Un lamento que encontrará sin duda simpatías entre muchos ciudadanos, pero poca cosa soluciona. De un representante público se espera algo más que maldecir la condición humana o atribuir a una conjunción astral  la proliferación de delitos. Mientras, no dejo de escuchar en la radio anuncios publicitarios de empresas de seguridad que te instalan alarmas en casa y que si no tienes dinero para pagar en efectivo, te la financian. El que no se siente seguro es porque no quiere, dice uno de sus eslóganes.

Miércoles, 8 - Titulaciones que son como perfumes

Algunas de nuestras titulaciones universitarias son como perfumes. En frasco pequeño y con aromas muy concentrados e intensos. Entre esas evocadoras esencias está la recién inaugurada titulación de Ingeniería Aeroespacial. Un reportaje del periódico contagiaba el espíritu de la juventud, el arrojo de la gente que empieza, la ilusión aún virgen de que con empeño se sale siempre adelante. En el futuro esta titulación será lo que los universitarios, los investigadores y el conjunto de la sociedad quiera. Ni más, ni menos. De momento, esta ingeniería tiene la fragancia de un buen perfume y eso está bien porque en este campus también nos han colado mucho granel.  

Jueves, 9 - Una de tabaco y otra de cultura

Según los observatorios que lo miden casi todo, los hogares ourensanos se gastan más en tabaco que en bienes y servicios culturales. En fumar, 606 euros anuales; en comprar libros y otras publicaciones, ir al cine, a conciertos y demás, apenas 585 euros. Si me parece una cantidad muy respetable el dinero en tabaco, no me parece baladí el gasto en cultura, que estimo un poco optimista teniendo en cuenta el índice de lectura de la provincia y la presencia de espectáculos al cabo del año. En todo caso la mejor reflexión sobre esta noticia la escuché de un compañero que, después de leerla, dijo: "Está claro que tengo que cambiar de hábitos de vida y leer más mientras fumo".

Viernes, 10 - El dinero compró una parte del hotel

El hotel San Martín ya tiene nuevo dueño. De por medio, 3,7 millones de euros. El que fue un objeto de lujo inalcanzable para muchos en nuestra niñez, el lugar en el que pasaban cosas ajenas a la mayoría de los ourensanos ya tiene nuevo dueño. No le queda a éste pasta que gastar para que recupere esplendor. La majestuosidad de otros tiempos va a ser algo más difícil.

Sábado, 11 - La Molinera, ese espacio luminoso

La Molinera es uno de esos espacios que reconfortan, que miman la creatividad, una especie de nodriza que amamanta el talento de los ourensanos. Los grandes de Sillicon Valley gestaron sus grandes apuestas en lúgubres garajes, pero no está mal que la luz ilumine el conocimiento. 

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