El oso de Becoña engorda la lista de criaturas avistadas en los últimos años por los ourensanos. De la mayoría no se tuvieron más noticias. Sí de una pitón, que terminó siendo un fraude urdido por un circo italiano
Varios vecinos de Becoña de Abaixo, en Boborás, relataron que el pasado domingo, sobre las 21,30 horas, vieron a un oso paseándose por la carretera. "Pensamos que era un xabaril, ata que levantou a cabeza e vimos que era un oso bastante grande". Aunque no se ha encontrado ningún rastro y los expertos ven complicado que el animal se desplazase tantos kilómetros desde su hábitat natural, los testigos del caso se muestran firmes. Ellos vieron a un oso. El tiempo dirá si lo conocemos o si el plantígrado pasa a engordar la lista ourensana de animales salvajes no identificados.
>La pantera de San Cibrao (octubre de 1999) Durante una temporada, los niños de San Cibrao tuvieron vetadas varias pistas para andar en bici, entre Vilanova y Soutopenedo. La 
razón a esa medida se escondió en "un misterioso animal que merodea los montes y campa a sus anchas, de vez en cuando, cerca de los núcleos habitados", según la crónica de La Región. ¿Una pantera? ¿Un dogo? Lo único seguro es que los testigos hablaban de un depredador "negro, muy ágil y de unos dos metros de largo". Se realizaron numerosas batidas, que no encontraron huellas. Solo restos óseos de animales esparcidos por el monte y ovejas muertas "con mordeduras limpias".
>La pitón de Expourense (junio de 2005) El mito de la serpiente vera
niega (recurso periodístico para distraer a los lectores durante el tedio estival) se reencarnó en Ourense en la resaca de las autonómicas del 2005. Pero aquí, en vez de redactores aburridos había un circo italiano instalado en Expourense y que denunciaba la desaparición de una pitón. Carnívora, de cuatro metros de largo y 80 kilos de peso. "Altamente peligrosa cuando la atacan", explicaba tranquilizadora la Guardia Civil. Se montó la mundial. Durante cuatro días, la ciudad vivió con un ojo puesto en Touriño&Quintana y el otro en las batidas organizadas para hallar al enorme reptil. Mientras, los padres no querían llevar a sus niños a la guardería, los vecinos cerraban las ventanas a cal y canto "por si acaso" e incluso hubo quien se preocupó de si asomaría por el retrete. Pero al final todo fue un montaje. La pitón apareció vivita y coleando en Ferrol, en un tráiler del propio circo. Su cuidador, el gerente y el representante del negocio fueron acusados de simulación de delito, aunque terminaron absueltos al no poder probarse que hubiesen acordado presentar la denuncia falsa.
*Más probl
emas con animales de circos (2000, 2004, 2005) Estos bichos sí que fueron identificados correctamente. Y si no, que se lo digan a los vecinos de Allariz. Era el 11 de mayo de 2000, cuando un oso pardo se escapó del circo Olympia para "sembrar el pánico en las calles de la villa", según la crónica de La Región. En 2004, tampoco dejó buen recuerdo el circo Embell Riva en Ourense, después de sacar cinco elefantes a la calle, en hora punta, para promocionarse. Tuvo que acabar interviniendo la Policía. Un año más tarde, ese mismo circo volvió a ser protagonista después de que medio centenar de pirañas carnívoras fallecieran en su tanque por culpa del cloro del agua ourensana.
>El oso de Allariz (primavera del 2012) Una fotografía de un supuesto oso al borde del río Arnoia, en Allariz, se hizo viral en 2012. Agentes del Servicio de Conservación de la Naturaleza se pasaron varios días intentando dar con el animal, que nunca fue apresado.
>El caimán del Barbaña (septiembre del 2013) Francisco Rey, un cubano afincado en Ourense, se dirigía a trabajar en la mañana del 17 de septiembre de 2013 cuando vio algo extraño en las aguas del Barbaña. Según él, un caimán. El testigo, que llegó a matizar con precisión las diferencias de la criatura respecto al cocodrilo, explicó que el reptil medía un metro de largo. En su búsqueda se afanaron durante varios días agentes medioambientales y la Policía Local. No tendrían éxito. Solo observaron la vegetación tumbada en determinadas lugares del río, que sería “compatible” con el paso del animal. La noticia generó una oleada de reacciones. Quien pensaba que 
en realidad lo avistado era "una nutria, un conejo o un lagarto" y quien daba credibilidad al tema. Como un vecino ourensano, habitual de los paseos por la ribera del Barbaña, que aseguró haber visto al caimán tres o cuatro meses antes: "Medía unos cuarenta centímetros y tenía media cabeza, entre amarilla y marroncita, fuera del agua".
