“Antes non chegaban dous, e agora xa sobro ata eu"

La rehabilitación de viviendas no consigue paliar la sensación de agonía comercial en la zona sur del Casco Vello. En los pequeños negocios reina el pesimismo. Una espiral de liquidaciones: "Aquí estamos na ruína". 

 

Cuando llegamos a la rúa Vilar hace años nos instalamos casi ocho negocios a la vez, ahora quedamos solo dos". Con tristeza confiesa Antonia Vázquez la agonía de los comercios de la zona sur del Casco Vello. Es la propietaria de un comercio de productos de segunda mano en el entorno de la Praza da Ferrería. Aquí, cuatro de los ocho locales comerciales están cerrados a cal y canto. Y dos de ellos, de los más veteranos, están en fase de liquidación con visos a echar el cierre en breve. "Aquí o pequeno comercio está en ruína", dice María Teresa Fernández, de Confecciones San Marcos, liquidando sus trajes de fiesta de verano, antes de bajar la persiana para siempre. "Isto foi morrendo pouco a pouco, moitos xubiláronse e sen relevo. Vai custar moitos anos volver ao de antes", asegura. En su recuerdo está la zona que ella conoció en su juventud, ya que se crió aquí. "Era como un centro comercial, era unha das rúas máis comerciais da cidade", señala. 

En Reestrea, la tienda de segunda mano que regenta Vázquez, aguanta como pueden e,  incluso confiesan que les viene bien que la calle sea poco transitada. "Al vender productos usados, hay gente que quiere intimidad porque le da vergüenza que los vean entrar a la tienda". No le ve mucho futuro a la calle en términos comerciales. "Muchos propietarios se pasan con los precios del alquiler. Son excesivos", afirma. Ella tuvo suerte, dice, con los que le alquilaron el local. "Estábamos en la rúa do Vilar y nos movimos a Cervantes, un poco más cerca de la Praza Maior. Ha sido mejor, porque mucha gente no pasa de esta calle. ", explica. 

Cree que habría que reivindicar el comercio de esta zona. "En el fondo es mejor tener una tienda aquí que en O Couto. La gente del rural, cuando viene del pueblo viene al casco antiguo, no va a los barrios", subraya. 

Enfrente de su negocio resiste la paragüería Cahaldora, en liquidación. "Antes non dabamos feito entre o meu pai e eu, agora sobro eu", dice Sara Cachaldora. "Agora comprarn paraugas a tres euros por aí, aquí como moito veñen arranxalos", lamenta. Tras los 55 años de su padre el afrente, ella lleva ya otros 37 al dirigiendo el negocio, aunque en breve dirá adiós. 

Es la triste cara de una zona vieja que, eso sí, mejora su cara. Todos coinciden en que fue un gueto de las drogas y que esa imagen se marchó. También las épocas de mayor apogeo de la prostitución, aunque, según señala Fernández, "iso nunca foi un problema, incluso lle daban máis vida ao barrio". 

La vida al barrio, como dice la presidenta de la asociación de vecinos As Burgas, Marita Souto, se la dan los comercios. "Dan luz dan vida dan todo. Cuando se hace de noche no hay nada", dice. Cree que la especializarse y la llegada del tantas veces sonado balneario, podría suponer un "impulso". ¿Más soluciones? El presidente de los empresarios inmobiliarios, Benito Iglesias, apunta a que la apuesta por la rehabilitación ha de hacerse "por tramos" y no tano en edificios sueltos, para hacer más atractiva la llegada de gente "Si no se hace así, se hace menos atractivo que la gente se instale", remarca.  

La epidemia se extiende. Un vistazo rápido a la rúa Colón deja solo tres locales abiertos por 10 vacíos. Una forma de vida se muere. 

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