La Agrupación Apícola de Galicia calcula en “casi 500 las sustraídas en el último año” en la provincia
Los productores de miel de la provincia muestran una creciente preocupación por la oleada de robos que se ha venido registrando durante el último año. Este problema, generalizado a nivel de toda Galicia, "tiene especial repercusión en Ourense, ya que es una de las mayores productoras de la Comunidad", explica Esther Ordóñez Dios, portavoz de la asociación.
Durante el último año, ronda las 500 colmenas robadas en la provincia de Ourense, "especialmente en las zonas de A Gudiña, Lobios o Verín, muy próximas a la frontera con Portugal", según explica Ordóñez, aunque el problema es generalizado en toda la provincia y se pueden localizar hurtos en prácticamente cualquier punto de su geografía.
Ourense cuenta con un total de 914 explotaciones y 45.270 colmenas, según los datos del censo de diciembre de 2014 de la Agrupación Apícola de Galicia. La producción se sitúa en los 905.400 kilos de miel, que en el mercado alcanzan los 3.893.220 euros de facturación, en el caso de que se venda a granel, y los 6.790.500 euros si la venta es directamente al comprador.
Las alrededor de 500 colmenas sustraídas en Ourense en el último año se traducen en 110.000 euros de beneficio para los ladrones, cifra que asciende a los 265.000 euros cuando se habla del total de Galicia.
Desde la Agrupación Apícola de Galicia vienen denunciando esta creciente oleada de robos de colmenas en distintas zonas de Galicia. "En unos sitios son pocas, entre dos y seis, en otros ya aumentan a 30 colmenas y en los casos más sangrantes, como el que ocurrió hace sólo unos días, el coste del robo asciende a los 2.000 euros", porque al valor de las colmenas hurtadas -que tienen un precio en el mercado de entre 120 y 130 euros- se unió el del material utilizado en la explotación apícola.
Los productores de miel están en pie de guerra contra estos robos continuos y ya han pedido apoyo a las autoridades, "que han mostrado su total predisposición para detener a los culpables y evitar, en lo posible, nuevos robos", según apunta Esther Ordóñez. Los apicultores confían en que este apoyo ayude a frenar el problema.
