La gripe mide la resistencia del paciente y la capacidad de Urgencias. La patología pasará y los gestores quedarán, también quienes los critican. Mientras, en el pasillo, el abuelo espera.
Lunes, 9 - Largas colas pero por varios motivos
En silencio y con respeto miles de portugueses hicieron largas colas para despedir a Mario Soares (por cierto, permítaseme incluir la atinada reflexión del periodista Enric Juliana sobre el difunto líder luso: "Inundación de titulares hablando de Soares y la 'transición' en Portugal. No hubo tal transición. Hubo una revolución militar de izquierdas"). El Diario Las Américas recordaba también estos días que "los venezolanos tienen que hacer horas de colas para comprar productos básicos como el azúcar o la aspirina. Se han acostumbrado a encontrar que los estantes de las tiendas están vacíos". Pero también largas colas para inaugurar la discoteca Moma de Bilbao o largas colas para conseguir una entrada para los ensayos de las chirigotas de Cádiz. Todas estas referencias de actualidad son recientes y coincidían con la información publicada por La Región en torno a las largas colas ante la oficina de Correos de la ciudad. Dudo que los usuarios del servicio postal estén en fila india esperando por su propio placer, como los bilbaínos que quieren ir a la discoteca o los gaditanos que pujan por una entrada para las vísperas del carnaval. Tampoco por guardar respeto a alguien, como los portugueses. El servicio que se presta en Ourense se parece bastante más al caso venezolano.
Martes, 10 - La sanidad también entra en un bucle
La gripe, esa enfermedad casera, a la que soportamos estoicamente con los rigores del invierno, ha hecho acto de presencia y se ha manifestado enviando a Urgencias a decenas de personas. Mandar a los servicios urgentes hospitalarios es como mandar a galeras, un lugar lúgubre en el que purgas tus culpas, no se sabe muy bien por qué. El sistema sanitario parece tener vías de agua por las entradas de emergencia y así lo evidencian las fotos y los testimonios recabados estos días. La enfermedad trae de cabeza a los gestores sanitarios y los pacientes se agolpan esperando soluciones. Las camas en los pasillos incendian a los políticos, sobre todo a los de la oposición, que reclaman dimisiones, un recurso muy socorrido a la par que inútil. Las urgencias de los hospitales de Asturias, País Vasco, Cataluña y otras comunidades tienen estos días una pinta similar. Es igual, lo importante es salir a los medios, hacer las acusaciones de siempre, recoger los papeles y levantarse de la rueda de prensa con la satisfacción del deber cumplido. Antes y después de la rueda de prensa las camas seguían en los pasillos y antes y después en la sanidad mandan los mismos. En una provincia que tiene más del 30% del censo soplando más de 65 velas lo extraño sería que no tuviesen complicaciones asociadas a la edad y a otras muchas patologías que seguro soporta. Fíjense en la edad de las personas que esperan ser atendidos en Urgencias. Es nuestra crueldad demográfica. ¿Son hospitales o son geriátricos públicos? Pero, como otros tantos asuntos de actualidad, la gripe irá remitiendo, el buen tiempo irá llegando y ya no habrá la típica y tópica rueda de prensa para pedir la dimisión de no sé quién. En la primavera en la que todo brota posiblemente se mitiguen las patologías estacionales, pero la población seguirá siendo cada vez más mayor, necesitará más atenciones, tendremos a los mismos gestores aplicando las mismas soluciones y a los mismos políticos acusando desde el lado de la oposición. Para muchas cosas esta provincia vive en un bucle permanente. ¿El próximo caso? Los incendios del verano.
Miércoles, 11 - Manteniendo vivos todos los instintos
El instinto de supervivencia obliga a los jabalíes a llegar a las puertas de la ciudad buscando alimento o a los gorriones a comer el pienso del perro por falta de sustento natural. La naturaleza tiene sus códigos y el instinto depredador no cambia pese a que su entorno natural lo haga. A la iglesia de Dadín, una parroquia de O Irixo, entraron los ladrones, inspeccionaron el sagrario pero no les apeteció llevarse las obleas ni los copones. Vieron 160 euros donados para el arreglo del templo y sucumbieron al botín. En un cementerio de Verín los ladrones se llevaron doce anillas de cobre y acero de unos panteones. Los amigos de lo ajeno siguen manteniendo su instinto depredador, aunque sus botines sean cada vez más cutres. Como alimañas venidas a menos.
Jueves, 12 - Saber lo que tenemos y cómo enseñarlo
Por unos minutos Ourense llevaba camino de aparecer en todo el mundo. El atraco al Mercadona de As Lagoas tuvo pinta de ser una acción terrorista por la casuística del robo y por lo que algunos testigos creyeron haberle escuchado al autor de los hechos ("Alá es grande") mientras entraba portando un arma, tirando cosas al suelo, disparando y esperando a ser detenido mientras comía un plátano. Trabajadores y clientes del supermercado apenas pudieron poner a raya su congoja durante los pocos pero interminables minutos que duró la acción protagonizada por un hombre de 35 años, con problemas de salud mental, que se convirtió en noticia y sobre el que pesan delitos que le han llevado a prisión preventiva. Si, como parece, el hombre no está en sus cabales, poco sentimiento de culpa tendrá. Sin embargo, si miramos a su entorno, seguro que encontramos a su familia destrozada. A ellos les durará más la pena que el susto a los clientes y trabajadores del súper.
Viernes, 13 - Las incongruencias del ladrillo y el censo
En quince años el censo de Ourense cayó un 7% y la cifra de viviendas creció un 20%. La contradicción es épica, pero asumible en los años de la borrachera del ladrillo. Pero, ¿saben lo que resulta más singular? Que los que construían no tienen explicación a este fenómeno. O no la quieren dar, por sonrojo.
Sábado, 14 - Invocando a Rosalía, a ver si así llueve
Ourense en prealerta por sequía en el invierno. Solo queda invocar a Rosalía como conjuro: "Como chove miudiño / como miudiño chove / pola banda de Laíño/ pola banda de Lestrove".
