Eguileta recuerda que el área de As Burgas, donde está el edificio paralizado, es "muy propicia" para albergar hallazgos
Como estaba previsto, la junta municipal de gobierno acordó ayer la paralización de las obras de demolición del edificio de la calle Progreso 49 durante un mes prorrogable, encargar un proyecto arqueológico y comunicar todas las actuaciones a la Dirección xeral de Patrimonio. La razón es la aparición, en los trabajos de demolición del inmueble, de dos fragmentos de columnas posiblemente galaico-romanas y una basa, hallazgos que el arqueólogo municipal, José María Eguileta, consideró lo suficientemente importantes -aún desconociendo de momento si realmente son de aquella época histórica o una copia de una esta posterior- como para parar los trabajos y realizar un estudio, teniendo en cuenta la ubicación del hallazgo, muy cerca de As Burgas.
Eguileta tiene claro que ese inmueble, con una licencia de obra antigua (del año 1996), indepedientemente de lo que decida el Concello sobre ella, "antes de seguir hay que hacer un control arqueológico" porque, además, el entorno en el que han aparecido los fragmentos de columnas -ya custodiadas- es "muy propicio" para la aparición de restos de gran valor arqueológico, por su proximidad a las fuentes, al patio de las Josefinas y a lo que es ahora el centro de interpretación de As Burgas, que al ser construido permitió descubrir una importante infraestructura romana.
El arqueólogo municipal cree que esas columnas, que según la propiedad del edificio no fueron halladas en una excavación sino que habían sido reutilizadas como soporte en la construcción posterior, pueden perfectamente ser de origen romanos y vueltas a usar en siglos posteriores, algo muy habitual; o también una copia, otra costumbre de siglos posteriores, al menos hasta el XVIII. Pero hasta que se confirme el origen, es preciso salvaguardar estos restos y otros que puedan aparecer. "Hay que pensar que están fuera de contexto y que puede haber más debajo, por eso hay que cautelar la parcela" y evitar que los trabajos de escombros sin control den al traste con posibles hallazgos.
Hay que tener en cuenta que esta zona, precisaban Eguileta y el Concello, está dentro del área del BIC de As Burgas -aunque no estrictamente dentro del área de reparto del PERI, ahí tiene la propiedad solo 161 metros cuadrados-, y ahí ya han sido hallados importantes restos.
La intención del gobierno local es, según la concejala Aurea Soto, proteger lo que pueda ser de valor arqueológico. La propiedad tendrá que parar un tiempo la demolición y después podrá construir un bajo y cinco plantas, que es, dice, lo que permite el planeamiento en las zonas BIC.
Indignación en la propiedad
Sus llamadas a la protección y a la paralización de los trabajos -ordenados en primer lugar verbalmente, el martes, pero acordados formalmente en la junta de gobierno de ayer- han generado un gran malestar en la propiedad del inmueble. El abogado de los dueños, Antonio Feijóo Miranda, dice que la demolición que se está realizando no tiene ningún grado de protección y "ni siquiera el Plan especial de As Burgas contempla protección para el edificio", aunque el Concello lo incluye en el ámbito BIC. Niega, además, que haya hallazgos arqueológicos, tan solo "unas piezas de piedra" de una antigüedad no conocida que ya formaban parte, como elemento reutilizado, del edificio que se está derribando. Y señala que "las piedras usadas como material aprovechado de origen desconocido no tienen valor arqueológico".
Por ello, pide explicaciones por no haber sido informado previamente de la paralización, considera que el Concello no tiene competencia para parar la demolición con licencia y anuncia medidas "contundentes" contra esa orden. A su juicio, todo es una estrategia de Aurea Soto para parar una obra legal porque no puede dejar sin efecto la licencia.
