ASESINATO CHUO

Caso Isabel Fuentes: "Aniceto acoitelou á súa muller ata atravesarlle o corazón tres veces"

Los forenses dicen que en la primera agresión le provocó lesiones "para anular a la víctima" y que no se dan en los robos

No solo las casas de madera son susceptibles de comenzar a construirse por el tejado. Incluso la estructura de algunos rascacielos cuelga de la terraza más alta. En el ámbito penal, también son posibles estos malabarismos arquitectónicos y el juicio que sienta en el banquillo a Aniceto Rodríguez Caneiro (77 años) por asesinar a su esposa, Isabel Fuentes (66), en mayo de 2015, comenzó por la pericial (prueba preconstituida). El juicio como tal no será hasta el 19 de este mes.

El forense que informó sobre las lesiones que presentaba la víctima tras ser brutalmente agredida en su vivienda de Pazos el día 2 de abril, un mes antes de ser asesinada en la habitación del CHUO, apreció tres golpes en la cabeza, posiblemente con un martillo, que llegó a incrustarse en el cráneo. Una de las lesiones, desde el ojo al oído derecho, susceptible de haberle causado la muerte, incluso le provocó una importante pérdida de masa encefálica, lo que hubiera provocado problemas de amnesia al verse afectada la parte donde se almacenan los recuerdos.

En opinión del especialista, el autor "pretendía anular contundentemente a la víctima" cuando estaba recostada en el sofá. Y hasta precisó más: al forense le llamó la atención que fueron golpes con una finalidad concreta ya que la gravedad de este tipo de lesiones no se ve en un robo. El procesado adujo que habían entrado a robar a la casa mientras él dormía, una versión creíble en el ámbito judicial pese a que no convencía a la Guardia Civil. Y, por lo que ayer se evidenció, tampoco al forense que la examinó tras los hechos.

A preguntas del letrado del inculpado, los peritos aclararon que la asistencia médica inmediata "le salvó la vida". El abogado en este caso plantea un delito de lesiones y no tentativa de asesinato en base a que fue el propio procesado quien pidió auxilio a sus vecinos. Las acusaciones (fiscal, una prima de la víctima y la Xunta) parten de la base de que el inculpado creía que estaba muerta.

En la jornada de ayer, declaró el forense que le practicó la autopsia a Fuentes tras el crimen del CHUO.  Aniceto Rodríguez levantó el camisón de su esposa, que se recuperaba de forma sorpresiva pero aún estaba inmovilizada, y le clavó un cuchillo en la boca del estómago dos veces, la segunda con cuatro movimiento que afectaron al corazón y pulmones. En este caso, la entidad de la acción homicida fue tal que le provocaron la muerte inmediata. 

Los forenses coincidieron en que las heridas "son compatibles" con el arma que se encontró junto al cuerpo de su esposo cuando éste se encontraba inconsciente después de haberse autolesionado en el cuello, brazo y abdomen.

El fiscal reclama en este juicio 39 años de prisión y la familia 49 por la agravante de ensañamiento y actuación sorpresiva. La abogada de la acusación particular, Isabel Seijo, justificó ayer su petición en "la energía e inquina" que tenían los dos actos de agresión.

La defensa solicita siete años, tres en el caso de lesiones por el suceso acaecido el 2 de abril y cuatro en el caso de homicidio, donde propone la atenuante de trastorno mental transitorio. El letrado destacó ayer que en la agresión que tuvo lugar en el domicilio familiar si su cliente no hubiera avisado a los servicios de emergencia "hubiera muerto". 

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