TRIBUNALES

Arrojar a su bebé a la basura la puede llevar a prisión 15 años

El fiscal acusa a una vecina de Ourense, que había ocultado el embarazo, de tentativa de asesinato 

 

El cuarto hijo biológico de Estefanía D.A.G. (30 años) cumple hoy 11 meses. No conoce a su progenitora y probablemente nunca lo hará si la sentencia del tribunal que la va a juzgar da por válido el relato del escrito de acusación del fiscal: un bebé de apenas dos kilos que pasó, en menos de media hora, del vientre materno a un contenedor de basura. 
El ministerio público sostiene que esta madre intentó asesinar al recién nacido, arrojándolo a un contenedor a menos de 100 metros de su vivienda, en el número seis de la calle Río Sil, por lo que reclama una pena de 15 años y un día de prisión.
El representante del ministerio público, quien acaba de presentar el escrito de acusación provisional, considera que la procesada se aprovechó del especial desvalimiento de la víctima para intentar matarla. No lo consiguió, por tanto no hace valer la prisión permanente revisable, una opción que contempla el Código Penal cuando la víctima es especialmente vulnerable por razón de edad, enfermedad o discapacidad.


Por su cuenta y riesgo


La acusación pública cree que actuó por su cuenta y riesgo. Es decir, ocultó el embarazo a todos su entorno, incluido su compañero sentimental, con quien ya tenía otro hijo, además de otros dos niños fruto de una anterior relación. 

La mujer dio a luz entre las tres y media y las cuatro de la tarde del 17 de septiembre del pasado año en el cuarto de baño de un cuarto piso. En ese momento, estaba sola en la casa. Según describe el fiscal, Estefanía D.A.G. envolvió con unos trapos -una especie de cortina- al bebé, lo introdujo en una bolsa de basura de color verde, que ató con varios nudos, y la arrojó al contenedor emplazado frente al número 20 de la calle Río Bibei para a continuación regresar a la casa y continuar con su vida.
El pequeño, que nació a las 37 semanas de gestación y con poco más de dos kilos, se salvó gracias a la intervención de José Manuel Camiña, un vecino del barrio de Covadonga que lo halló mientras rebuscaba en la basura. El hombre alertó a otro viandantes, aunque fueron Saray Iglesias y Justa Rodríguez las encargadas de sacarlo del interior del contenedor. El bebé, según relataron en su día, respiraba con dificultad y todavía tenía el cordón umbilical unido a la placenta.

La madre del niño fue detenida el 15 de noviembre por la Policía Nacional en el marco de una investigación en la que resultó clave la llamada de una persona del entorno familiar para centrar las pesquisas. Los resultados de las pruebas de ADN practicadas a la sospechosa, con antecedentes por robo y hurto, pudieron cotejarse con los restos biológicos que aparecieron junto al niño.
La acusada llegó a reconocer ante la jueza instructora que había estado embarazada pero que no se acordaba de lo sucedido.

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