TRIBUNALES

Atribuye a un mareo un accidente de tráfico con un muerto y tres heridos

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photo_camera Juan Asterio Pérez, ayer en el juicio.

El acusado invadió el carril contrario en un tramo recto en la OU-531

Juan Asterio Pérez Fernández considera que no cometió una imprudencia grave cuando el 11 de noviembre de 2011, sobre las doce y veinte de la mañana, en plena recta de la OU-531 (Xinzo) invadió el carril contrario y chocó frontalmente con un Mercedes 190, ocupado por cuatro personas, que circulaba correctamente. No iba a demasiada velocidad. Tampoco bebido. En el juicio desarrollado ayer en el Penal 1, aseguró que no podía explicar lo ocurrido por lo que cree que pudo sufrir un mareo. "Eu conducía normal e só son consciente do choque así que puido darme un mareo", dijo.

Aún así, el inculpado aseguró que hasta entonces no se había sentido indispuesto y que al día siguiente incluso fue a trabajar.

El guardia civil que elaboró el atestado descartó que la calzada mojada hubiera influido en el desenlace. Según ese informe, la invasión del carril contrario pudo deberse a un despiste u otras causas como un mareo o somnolencia. El agente recordó que incluso el conductor del otro coche le tocó la bocina cuando vio que el inculpado circulaba hacia el otro carril y tan siquiera reaccionó.

En el accidente, ocupado por cuatro miembros de una misma familia, pereció Antonio Q.J., uno de los ocupantes. Los otros tres resultaron heridos.

Pero la fiscal cree que el accidente se debió a una conducción desatenta (una imprudencia grave atribuida a un despiste) y reclamó dos años de prisión por un delito de homicidio imprudente, además de otros cuatro meses más por un delito de lesiones, además de la pérdida de la vigencia del permiso de conducir.

La acusación particular se sumó al petición del fiscal pero incorporó la petición de los 3.025 euros del sepelio y los intereses hasta que se abonó la indemnización.

La letrada de la defensa insistió en que su cliente, tanto si sufrió un mareo como si se quedó dormido al volante, fue un "acto involuntario, que no tuvo forma de evitar". La abogada recordó que Juan Asterio Pérez era la primera vez que se veía implicado en un accidente y que, ese día, conducía despacio porque "es una persona prudente". En su alegato, insistió en que "se le fue el coche con un fatal resultado". En todo caso, con carácter subsidiario, planteó una falta leve por imprudencia e invocó la atenuante de dilaciones indebidas porque el accidente ocurrió en 2011 y el juicio fue casi cinco años después.

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