ATRINCHERADO EN AS LAGOAS

El atrincherado en As Lagoas tenía varias armas en su casa

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photo_camera La policía accedió al inmueble con el equipo sanitario hacia las tres y media de la madrgugada.

Su hijo lo descubrió con la carabina que más tarde se dispararía accidentalmente en la boca

El presunto suicida de la calle Bernardo Cachamuíña, Luís de 55 años de edad, permaneció encerrado en su casa, sita en el número ocho, durante más de 12 horas. Todo se inició hacia las cuatro de la tarde cuando Luís llamó a su novia, con la que llevaba siete meses de relación y al no responder al teléfono, llamó a su cuñado y le contó que se quería quitar la vida. El cuñado, como estaba en Combarro, alertó al hijo del atrincherado, un joven de 19 años, que entró en la casa con una vecina y descubrió a su padre con un arma en la boca y un dedo en el gatillo. En este momento, Luis le dijo a su hijo que quería que se presentase su novia o si no "se volaría la cabeza", según relató ayer el Comisario de Policía, Antonio Álvarez.

Ambos alertaron a la sala del 091 y la brigada de Seguridad Ciudadana se acercó al lugar para comprobar los hechos. Al percibir la relevancia del caso, se activó el protocolo de prevención con un negociador de Vigo, el Grupo Operativo Especial (GOE) y la Policía Científica. A ellos se le sumaron la Policía Local de Ourense y una ambulancia del 061.

Las negociaciones con el presunto suicida se hicieron telefónicamente a través de su pareja y su cuñado, ambos asesorados por un negociador. Hacia las doce y media de la noche, durante esa conversación telefónica, manifestó que se había cortado las venas. Ante esas declaraciones saltó la alarma y la policía decidió acceder a la vivienda ya que existía riesgo de que se quitase la vida.

El acceso al domicilio se pudo hacer de manera limpia y sin forzar la puerta gracias a que el hijo "tenía un juego de llaves", afirmó el comisario. Cuando entraron los efectivos de la policía, se encontraron a Luis sentado en el suelo en una habitación, entre la cama y la pared, con el arma en la boca y el dedo en el gatillo. La estrategia de la policía era que el cansancio hiciese mella en Luís, mermando así sus reflejos y poder arrebatarle el arma. A las 03:30 horas, tras tres horas de conversaciones, el interfecto "dijo que se había orinado encima y que quería cambiarse", por lo que, en ese momento, se accionó el arma, resultando herido, por lo que fue trasladado a CHUO.

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