NARCOTRÁFICO

La banda de O Couto buscaba socios para importar cocaína a gran escala desde Sudámerica

photo_camera El habitáculo del vehículo que ocultaba 108 gramos de cocaína.

Tenían contactos en Madrid, Valencia y Murcia para intentar introducir la droga

La organización de narcos especializada en tráfico de cocaína cuyo piso franco estaba en el número 8 de la calle Pura y Dura Vázquez de O Couto pretendía extender el negocio ilícito a mayor escala y no limitarlo a la ciudad. Las investigaciones del Grupo Operativo de Estupefacientes de la Comisaría de Ourense determinaron que el líder del grupo, Miguel Ángel Calviño Fernández, programó viajes a otros lugares de la península -Madrid, Valencia y Murcia (Cartagena)- para reunirse con socios con los que financiar la entrada de un gran cargamento desde Sudamérica. De hecho, el enlace en la capital de España le servía de intermediario con los narcos colombianos.

Según se desprende de las conversaciones intervenidas, Calviño Fernández barajó varias opciones para pasar la cocaína a gran escala, pero no fructificaron. Incluso estuvo durante semanas en Bolivia y barajaron distintas posibilidades: introducirla a través de un velero en los meses de verano; en un contenedor entre empresas legales radicadas en el país destinatario y el de origen o incluso valiéndose de un "gancho ciego" -sobornar a un trabajador de un puerto para que introduzca la droga en un contenedor de una empresa que desconoce el operativo-.

El único envío a modo de prueba que finalmente fraguó, pero a través de un correo postal, fue el de 11 hojas de papel que llevaban impregnados 95 gramos de cocaína. El paquete fue interceptado en la oficina de Correos de la ciudad.

Asimismo, las autoridades colombianas interceptaron en ese país un paquete que ocultaba 9.600 gramos y un parapente. Fue Calviño, según dice la Policía, quien lo gestionó para que fuera recibido en Cartagena por un miembro de la organización.

Al margen de los planes frustrados para el desembarco de grandes alijos, el tráfico de drogas en la ciudad le reportaba pingües beneficios al cabecilla de la banda y sus colaboradores. Según aseguran fuentes policiales consultadas por este diario, el grupo, que se movía a mediana en Ourense, podía estar "colocando" en torno al medio kilo de droga por semana.

Los otros cuatro ourensanos detenidos en Ourense, Óscar M.C., Carlos S.M., Pedro C.A. y José S.D. auxiliaban a Calviño y repartían la mercancía procesada en el piso de O Couto. Su clientela, según dice un policía, era gente de clase media que "a través del boca a boca saben dónde se puede comprar la cocaína".

Formaban uno de los grupos más activos detectados en los últimos tres años en Ourense al margen de los "trapicheros" que aún perviven en Covadonga. De hecho, se les incautó en tres momentos diferentes un total de 1,4 kilos, la mayor parte en el piso al que ellos llamaban "la oficina".

Los desplazamientos a otras ciudades y provincias los realizaban en coches con habitáculos especialmente preparados para esconder la mercancía. Así los reveló el hallazgo de 108 gramos en el coche del líder del grupo esta pasado martes cuando regresaba de cerrar de cerrar una compra-venta en Vilagarcía. La Policía tuvo que desmontar el interior a conciencia para dar con el droga, oculta en una cavidad camuflada a los pies del copiloto.

Los viajes por carretera se realizaban por vías de la red principal no sólo para acortar distancias sino porque los controles policiales son más escasos y garantizan mejor las huidas.

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