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Rúa do Paxaro: escenario de peleas nocturnas

Tres pandillas se disputan el liderazgo en esta zona en pleno casco viejo de la ciudad

La Rúa do Paxaro, que une el parque das Mercedes y la Rúa dos Fornos, en pleno casco viejo de la ciudad, se ha convertido en un escenario  habitual de peleas entre bandas rivales que se dan cita en la zona para exhibir su fuerza y ejercer un control en todo el entorno, donde se concentran la mayoría de los bares de copas. La última se produjo a las 03,40 horas del pasado día 5 y finalizó con un detenido, Gérard C.V., de 20 años mientras que otro joven era atendido de lesiones de carácter grave en el Servicio de Urgencias del CHUO.

La Policía Nacional asegura no tener datos de las peleas registradas durante el año pasado, pero estiman que se produjeron una media de entre una y dos cada fin de semana. Y tras los enfrentamientos están tres grupos, liderados por jóvenes procedentes de Sudamérica, cuyos miembros recurren a botellas y vasos de vidrio, puños americanos, cadenas y palos para golpear a sus rivales. "Cada vez son más violentos y recurren a objetos más peligrosos como cristales rotos, navajas y palos, para agredirse", afirmaron fuentes policiales.

En las pandillas también participan jóvenes ourensanos, que se integraron en los distintos grupos, según los datos que maneja la Policía Nacional, tras familiarizarse con el cabecilla, interesándose por su forma de vestir, usos y costumbres e incluso la comida o el corte de pelo. Las peleas suelen producirse de madrugada y sin motivo aparente; basta un simple roce o mirada para irse a la manos y, tras el primer puñetazo, aparecen nuevos contrincantes exhibiendo fuerza y golpeando a todo el que se cruce en su camino. "No es la primera vez que, tras agredir a una persona, comienza a golpear puertas, escaparates o el mobiliario público hasta destrozarlo por completo", aseguraron las mismas fuentes, puntualizando que los miembros de las bandas se conocen entre sí y acuden a la zona "simplemente para demostrar su fuerza y poder en la zona, para que los demás les hagan reverencias".


Plaza do Corregidor


Las peleas no son nuevas en el casco viejo, aunque hace unos años eran más habituales en el entorno de la cercana Praza do Correxidor. La Policía detectó un desplazamiento de los altercados hace la Rúa do Paxaro, que atribuyen a la apertura de locales, que suelen pinchar música de artistas sudamericanos y ritmos caribeños

La Policía Nacional estable dispositivos de vigilancia cada noche, sobre todo durante los fines de semana, para impedir los altercados, pero sospechan que los integrantes de los grupos los tienen vigilados y, ante la presencia de una patrulla, simulan un ambiente festivo, que no hay ningún tipo de problema. Sin embargo, la situación no es así, dado que no es la primera que los agentes son alertados de una persona herida a causa de un "botellazo" cuando apenas habían pasado minutos que habían estado en el lugar.

Los policía ya tienen a la mayoría de los miembros de los tres grupos controlados. De hecho, no es la primera vez que le intervienen objetos peligrosos durante un cacheo tras una de las peleas, ante lo que suelen esconderlos. 


Botellas y vasos rotos, olor a orina y numerosas pintadas


Parte de la Rúa do Paxaro la forma una especie de callejón, que en los últimos años recuperó esplendor con la apertura de varios negocios. Pero los hosteleros están cansados de tanto enfrentamiento y no solo por el temor a resultar agredidos sino porque les está restando clientes. "Mucha gente teme que pueda resultar herida, alcanzada por un botellazo y se marchan pronto a casa", apuntó el dueño de uno de los bares.

La huella de la actividad de los tres grupos está presente a lo largo de la calle y también en el resto del entorno del parque de las Mercedes, en el que se aprecian papeles, vasos rotos y otros aún con bebida en el suelo. Pero lo que más hay son pintadas, que en la mayoría de los casos son borrones, que ofrecen una imagen de degradación en pleno centro de la ciudad. Además, hay esquinas en las que se percibe un fuerte olor a orina.

La Policía Nacional advertía el pasado día seis que "las peleas entre bandas latinas están provocando peligro y desagrado entre los clientes asiduos a los bares de ocio que hay en la zona".

Los vecinos ya enviaron el pasado  verano una queja al alcalde, Jesús Vázquez, acompañada de una recogida de firmas, para mostrar su preocupación ante la cantidad de actos vandálicos y delictivos que suceden en la Rúa do Paxaro.

Argumentan que el entorno se ha convertido en un lugar  "hostil" en el que es difícil vivir y  peligroso circular, especialmente a determinadas horas. Los vecinos solicitaban entonces medidas para garantizar la convivencia y el derecho a descansar en sus casas. 

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