REPORTAJE

El Barbaña, espejo de la desidia

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Este río, afluente del Miño, sufre numerosas agresiones desde su nacimiento, en Paderne de Allariz, hasta su llegada a la ciudad, un Ourense Termal que le da la espalda a una de sus 
cuencas fluviales.

El Monte Cubreiro, en Paderne de Allariz, es un lugar mítico, que alberga mámoas y petroglifos de miles de años de antigüedad. Es ahí donde nace el río Barbaña, de 22,5 kilómetros de largo, afluente del Miño y una de las tres cuencas fluviales que recorren la ciudad de Ourense.

Primera agresión

Hace un año, más de 1.910 hectáreas ardieron entre Paderne de Allariz, Esgos y Maceda, y el Cubreiro quedó calcinado, así como su flora y fauna autóctonas. "Neste bosque morreu todo", señala Xosé Santos, de la asociación ecologista Ríos Limpos. El fuego arrasó con la turbera (braña, en gallego) del Barbaña, el lugar donde arranca su recorrido. "Unha braña é coma unha esponxa, chupa a auga das choivas, límpaa, fíltraa e sóltaa pouco a pouco", apunta Santos. Ríos Limpos denunció la situación de la turbera después del incendio y pidió a las autoridades que se comenzasen tareas de regeneración y restauración, pero no recibieron respuesta, tal y como explica Santos. "É moi importante manter o acuífero limpo, porque as augas do río nacen del", afirma.

Segunda

En esta zona inicial del Barbaña, en la denominada cuenca alta, su caudal es entubado para el abastecimiento de las aldeas cercanas. "Está prohibido pola Lei de augas coller auga nos nacementos dos ríos, deberíase facer 500 metros máis abaixo", denuncia Santos.

Tercera

En el pueblo de A venda do río, en Taboadela, todavía se acuerdan de cuando podían pescar en el Barbaña. "Fai moitos anos que leva moi pouca auga, cando leva", cuenta un vecino. "É efecto da captación de augas, dos incendios e do cambio climático", aporta Santos.

Cuarta

Al seguir el caudal, el Barbaña llega al Concello de San Cibrao das Viñas y se encuentra con la zona industrial de la ciudad: Parque Tecnolóxico, Polígono de San Cibrao y Polígono Barreiros. Dos de sus afluentes, al llegar a esta zona, desaparecen del mapa. "Os dous afluentes están soterrados no tramo industrial. Cando construiron isto, fai anos, pasaron por riba deles", dice el ecologista. Uno de los ríos, que reaparece frente al Parque Tecnolóxico, presenta actualmente un caude de aspecto enturbiado y sucio, donde no se atisba señal alguna de vida animal.

Quinta

El pasado 27 de mayo se vertieron un total de 5.000 litros de hidrocarburos en el Barbaña, a su paso por la Ponte Vella de Ponte Noalla. Frente al lugar donde se encontró el derrame, hay una caseta de detección de contaminantes en el río, colocada por la Diputación provincial, que no cumplió su función. A día de hoy, el lugar sigue contaminado. A falta de cauce, se pueden apreciar varias balsas de aceite negro, de fuerte olor.

"É imposible que se desenvolva a vida biolóxica, está morto", señala Santos. La Confederación Hidrográfica apuntó, hace días, que las labores de limpieza ya están realizadas. La zona continúa sucia, aunque con varias medidas de contención de los aceites. "Habería que limpar todo de verdade, evitar máis verquidos e comezar tarefas de restauración para que o Barbaña estivese recuperado de aquí a cinco ou seis anos, máis ou menos", apunta Santos. Así llega el río a las puertas de la ciudad: negro, sin vida. "O río, contaminado, chega ao corazón do Ourense Termal", sentencia Santos.

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