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Belén Rodríguez: ¿Una desaparición perfecta?

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photo_camera El 25 de abril se rastreó el Miño a fondo para dar con su paradero. (M. PINAL)

El paradero de Belén Rodríguez, la mujer que fue vista por última vez en la ciudad el 7 de abril, sigue siendo una incógnita. La Policía Nacional valora que la colaboración ciudadana se hace más necesaria que nunca.

Desde el 7 de abril, en que fue vista por última vez en el parque Barbaña y el entorno de la estación de autobuses de O Pino, el paradero de Belén Rodríguez (57 años) es una incógnita. Para su familia, sus amigos y para la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional de Ourense que asumió el caso.

Sólo un bolso, con la documentación y las llaves de casa, hallado en el cementerio de As Caldas, aunque alguien lo dejó allí para que fuera encontrado, dejó un endeble rastro que no llevó a ninguna parte.

Cinco meses después no hay evidencias qué permitan explicar qué le ocurrió, aunque la policía tiene claro que no se trata de una desaparición perfecta, es decir, una ausencia espontánea que se escapa a la comprensión policial no solo por la falta de pruebas sino también por la inexistencia de un entorno de riesgo.

En su caso, sí existía: el desequilibrio mental que evidenció días antes de que se le perdiera la pista, dejando rastros de una conducta errática. No sólo dejó de comer sino que incluso, en un curso de cestería que impartía, comenzó a coser su propio pelo a los canastos. Era meticulosa y ordenada con sus cosas y dejó de serlo. Y hasta compró comida envasada para llenar las estanterías por si el fin del mundo estuviera cerca. En el banco con el que había suscrito una hipoteca, según informó el personal a la Policía, pagaba el recibo siempre el mismo día. Una especie de ritual que también abandonó.

Los investigadores contactaron en Trives y en la sede central en Barcelona con la secta por la que sentía simpatías, la congregación Ramtha, una escuela de iluminación, tal como ellos mismos se presentan al mundo.

Una semana antes de desaparecer, asistió a una reunión, tal como confirmaron en esa agrupación. Desde ese momento, se hicieron más notables sus cambios en el comportamiento.

En este momento, el caso no está archivado, según precisan en la Comisaría de As Lagoas, pero sí las líneas de investigación están en punto muerto. No hay madeja de la que tirar y la colaboración ciudadana no ha surtido efecto. El comisario, Antonio Álvarez Valencia, reconoce que hasta la fecha los esfuerzos han sido estériles. Sobre lo qué realmente le ocurrió, tal como explica, tienen todo el abanico desplegado: desde una marcha voluntaria y consciente a un fallecimiento accidental. La muerte homicida la consideran poco probable.

Álvarez Valencia insiste en que sería de gran ayuda que la persona que encontró el bolso y lo depositó en el cementerio se pusiera en contacto con la policía “para que nos facilitase un lugar exacto en donde estuvo Belén”.

Lo que sí está descartado es que estuviera en Burgos, tal como se llegó a apuntar."Se envió foto e información desde Ourense y se descartó que pudiera ser ella", añade.

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