OURENSE

Biomasa: cosechando la semilla del dinero

Ourense posee alrededor de 75.000 toneladas aprovechables anualmente de biomasa forestal asoclada a matorrales y 83.000 en caso de la biomasa arbórea

 

Ver crecer el dinero es el sueño de todos, una metáfora que se vuelve realidad material en la provincia de Ourense. A ras de suelo emerge la respuesta: desafiando la gravedad, luchan por alcanzar el cielo, en diversos grosores y calidades, los componentes que integran la cadena forestal de la madera, un sector en evidente auge y que, al calor de sus propios números, está en plena ebullición.

NÚMEROS MADEREROS

La enseñanza recogida en mateo 25 se reinterpreta y cambia de sentido en esta parábola: aquí el que 'siembra' su talento no es expulsado a las tinieblas. Al contrario, puede estar realmente invirtiendo en un terreno cuyos números y características no hacen mas que abonar el optimismo: en un sencillo juego de cifras.

La provincia de Ourense posee 75.000 toneladas aprovechables anualmente de biomasa forestal asociada a matorrales, un numero que se eleva a 83.000 en el caso de la arbórea.

Dentro del complejo entramado que supone la cadena forestal-maderera, el Instituto Galego de Estatística, en el informe titulado "Análise da cadea forestal-madeira", sitúa su importancia dentro del abanico empleo en un 2,3% del total de la comunidad autónoma; superando en valor dentro de la economía gallega a sectores tan representativos como el textil, la pesca extractiva o la transformación del pescado.

En una visión mucho mas doméstica, la que nos sitúa en el perímetro del municipio: de los 315 existentes en Galicia, en 52 de ellos esta industria supone al menos el 30% de los establecimientos industriales; un mapa en el que Ourense se coloca a la vanguardia pues en concellos como Coles, Piñor, Pontedeva, Quintela de Leirado y Sarreaus esta cifra se encarama por encima del listón del 50%.

Si estos números le pillan por sorpresa, antes de continuar leyendo mire a través de su ventana: verde. En mayor o menor densidad, Galicia es verde, y ello no es un tópico cotidiano: de sus 3 millones de hectáreas, un 70% tienen un uso forestal; un numero que se vuelve aun mas verde si lo situamos solo en la provincia de Ourense: 80% de superficie dedicada a usos forestales.

MÍA ES LA SEMILLA

Parece una fórmula mágica, pero, sin embargo, supone una clave que nos permite vislumbrar cómo la evolución de los sistemas de tenencia y propiedad de la tierra se comportan y pueden llegar a incidir en el desarrollo de esta industria. La titularidad de la superficie forestal en Galicia se compone de una asimétrica relación, donde la propiedad vecinal común supone un 30%, la titularidad pública apenas un 1,5%, al tiempo que lo que se denomina 'otra titularidad' supone un abultado 68%. La dispersión de la titularidad, el monte y la superficie forestal en muchas manos no constituye necesariamente una buena noticia para el sector; la máxima se invierte: divide y perderás.

No obstante, los números exhibidos muestran un vector claro, un rumbo que seria idóneo conservar: el recurso forestal posee un valor económico de enorme importancia, y su manejo eficiente se hace imprescindible; además, no solo la gestión de la titularidad del suelo es clave, sino que factores como la dispersión geográfica, el despoblamiento del rural, o la plaga anual de incendios que se cierne sobre Ourense cada verano, socavan las raíces en las que esta industria emerge y se consolida.

ECOLÓGICAMENTE GALLEGO

Al calor de todo ello, la administración autonómica se apunta al furor forestal que emana del negocio del calor. A partir de los productos derivados de la biomasa, en especial los conocidos como 'pellets' y astillas, y en el primer foro de la biomasa de Galicia, celebrado recientemente en la Tecnópole ourensana, se han ponderado las posibilidades de un negocio al auge, y se ha hecho hincapié en, por una parte, el potencial de la provincia por su gran superficie forestal; y, en relación a ello, la importancia de certificar el origen y la trazabilidad de estos productos, en una apuesta decidida por posicionar los productos gallegos dentro del complejo mercado de los biocombustibles.

Los datos no suelen llamar a engaño: el instituto enerxético de Galicia publica en su balance de 2012 una relación muy definitoria: dentro del reparto de la energía primaria producida en galicia, el 38,8% proviene del sector biomasa-biogás. Poniendo los pies en el fértil suelo, si se tiene en cuenta el total de la energía primaria, es decir, la suma de lo producido en galicia mas lo importado, el segmento de la biomasa se sitúa en un 6,4% una cifra aún muy importante.

En consecuencia, la iniciativa de la Xunta es importante y el empeño ambicioso: se trata no solo de generar empleo a partir de un sector en evidente demanda, sino que, además, supone un esfuerzo en dirección a una emergencia social que está enfriando paulatinamente el campo en Galicia, al tratar de fijar población en el rural al amparo de las posibilidades del negocio del calor y la energía.

La apuesta autonómica no es baladí: para 2015 la Xunta planea poner sobre la mesa 9,3 millones de euros para ayudar en la promoción de la instalación de equipos de biomasa. Nunca quemar el dinero, en el sentido de que está invertido en generar calor mediante la combustión, fue tan productivo. Ourense se encomienda a ello, apostando en el envite toda su capacidad forestal.

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