CRÓNICA

El bucle sin fin de San Francisco

<p></p>
photo_camera El complejo cultural de San Francisco, todavía en obras.

Dos décadas han pasado desde el primer paso que gestó el proyecto cultural de San Francisco, que acumula más de 11 años de retraso respecto al primer plazo que se dio para su finalización, condicionada ahora de nuevo

El complejo cultural de San Francisco se enfrenta a su enésimo obstáculo para convertirse en una realidad, inmerso en un bucle infinito. La incapacidad del Gobierno central para negociar y aprobar el Presupuesto General del Estado de 2018, que debe incluir los fondos necesarios para poner en marcha la nueva Biblioteca Pública y concluir el Archivo Histórico Provincial, supone un nuevo retraso y fijar unos plazos que han sido enmendados en numerosas ocasiones.

 

 

Fue hace dos décadas cuando comenzó a gestarse la renovación de San Francisco. En 1998, al poco de iniciarse la etapa en el poder de Manuel Cabezas (el primero de los cinco alcaldes que ha convivido con el proyecto), el Concello compraba el antiguo cuartel al Ministerio de Defensa por 500 millones de pesetas y un año después firmaba un protocolo con el Ministerio de Cultura, dirigido entonces por Mariano Rajoy, para construir el gran complejo cultural, que incluía auditorio (único equipamiento en marcha), biblioteca y archivo.

La tramitación administrativa siguió sus pasos y en noviembre de 2003 arrancaban las obras, con un plazo de ejecución de tres años, por lo que en 2006, hace ahora más de 11 años, todo debía ser una realidad.

Sin embargo, en 2004, Cultura detectaba importantes incumplimientos de la UTE Constructora Hispánica S.A. y Castilla de Construcciones ABS, adjudicataria de los trabajos por más de 15 millones de euros, lo que obligaba al Gobierno a suspender temporalmente las obras y redactar un proyecto modificado con el que, ya en julio de 2005, instaba a la empresa a continuar la construcción, negándose esta al entender que debía percibir más de 2,6 millones y judicializando el asunto.

Paralelamente, el Gobierno central resolvía el contrato con la UTE y declaraba la necesidad de acometer obras de emergencias, que encargó a Copasa por ser la segunda en el concurso convocado a principios de siglo, pero que no permitían acometer el proyecto en su totalidad.

Tuvieron que pasar cinco años hasta que en 2013, otro concurso ponía en manos de Isolux-Corsán la responsabilidad de ejecutar la rehabilitación y construcción del complejo antes de mayo de 2016, fecha límite que todavía sigue apareciendo publicada en la web del Ministerio de Cultura.

Sin embargo, de nuevo la adjudicación salía rana y, dos años y medio después, esta compañía alegaba dificultades para ejecutar las obras y solicitaba la rescisión del contrato, dejando de nuevo en suspenso la renovación de San Francisco.

Fue en abril de 2016 cuando se anunciaba la tercera y última (por el momento) adjudicación, en este caso, a Copasam al que fijaban un plazo de 18 meses que ya se ha vuelto a superar y que se enfrentan ahora a la burocracia administrativa para culminar los últimos expedientes que permitan equipar la Biblioteca, ya rematada. El propio Ministerio de Cultura ni siquiera se atreve ahora a dar nuevos plazos para ponerlo en marcha. Mientras, Ourense sigue esperando mientras caen las hojas del calendario. 

 

Te puede interesar