Excompañeros de Toén elogiaron la "innovación sanitaria" de esta figura de la medicina ourensana
En el centro cultural Marcos Valcárcel no cabía ni un alfiler para homenajear al doctor Cabaleiro Goás. El centenario del nacimiento del primer director del sanatorio de Toén, una de las figuras clave de la psiquiatría gallega del siglo XX, juntó a extrabajadores del antiguo hospital psiquiátrico en una mesa redonda. "Esto es un acto intimista para recordar a mi padre y a Toén, no es algo científico", recordaba al inicio el hijo de Cabaleiro Goás, el neurólogo Manuel Cabaleiro Fabeiro.
El hijo, Cabaleiro Fabeiro, optó por leer para no emocionarse. Destacó los ejes fundamentales de la vida de su padre: "La psiquiatría, la esquizofrenia, la carencia de afectos y la asistencia psiquiátrica. Los hombres enfermos psíquicos eran el motor de su estar en el mundo, junto a sus alumnos, los mejores maestros". El neurólogo subrayó la "lucha" de su padre por hacer de Toén un centro puntero en asistencia que la OMS declaró como hospital piloto.
El escultor Florencio de Arboiro recordó sus tres décadas al frente del taller de terapia ocupacional del sanatorio: "Ás veces non eran tan enfermos como nolos pintaban. Tiñan corazón e alma e ti integrábaste".
Gustavo Araújo Cruz, que llegó a Toén en el 1976 como auxiliar psiquiátrico, destacó la "liberdade" adquirida que convirtió a Toén "nun centro aberto onde os enfermos ían aos pobos limítrofes".
El psiquiatra y biógrafo del doctor Cabaleiro Goás, David Simón-Lorda, definió al homenajeado como "innovador asistencial en la pisquiatría de la posguerra". Lorda hizo un repaso con imágenes por la historia del Toén que "construyó" Cabaleiro Goás: "Es una vergüenza el abandono en que ha quedado, no es un buen legado en recuerdo del doctor Cabaleiro".
Isabel Salgado, presidenta del Ateneo –entidad que impulsó Cabaleiro Goás–contó cómo su bisabuela llegó a la consulta del psiquiatra: "Lo recordaba como una gran persona y profesional".
Santalices: "A Toén débolle todo, aprendín a xestionar"
Miguel Santalices, presidente del Parlamento de Galicia, habló de su etapa como director del sanatorio de Toén. Llegó tras una inspección y era la primera vez que alguien fuera de la plantilla se ponía al frente del sanatorio. "Cheguei con turbulencias e quixen presentar a dimisión tras un incidente no que tiraron a porta do meu despacho porque dixen que quería presentar un plan, pero convencéronme de que non o fixera. A xente pensaba que duraría tres meses e botei sete anos", comentó.
El plan, según explicó Santalices, era adaptar la confortabilidad del hospital. "Era básico porque a atención non tiña magníficas instalacións, pero si profesionais", puntualizó. "A Toén débolle todo, todo. Alí enseñáronme a xestión máis difícil, confraternización, como se debe dialogar e como se debe pensar antes dunha decisión. Foi unha enciclopedia da vida", añadió.
