INCENDIOS FORESTALES

Una de cada diez hectáreas de monte arrasadas en España en este siglo era ourensana

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photo_camera Monte arrasado en Carballeda de Avia en la últi ma oleada de incendios.

La oleada de fuegos de los últimos días confirma una tendencia demoledora para la provincia, que acumula el 11% de hectáreas quemadas en España y más del 40% de Galicia en este siglo

El problema de los incendios ha vuelto a poner a la provincia de Ourense en el mapa de la tragedia esta semana con la ola de incendios. Este no es un problema nuevo, habida cuenta de que una de cada diez hectáreas ardidas en lo que llevamos de siglo en España se situaba en los montes de la provincia. En Ourense, han ardido más de 200.000 hectáreas (202.000) desde el año 2001, casi la mitad de las 449.000 contabilizadas en Galicia, y un 11% del total de hectáreas calcinadas en toda España –más de 1.800.000–.

Este problema resulta si cabe todavía más preocupante al analizarlo en relación a la masa forestal de la provincia. Ourense solo tiene el 21% de la masa forestal gallega, aunque más del 40% de las hectáreas calcinadas este siglo en Galicia pertenecen a superficie ourensana. También es demoledor conocer que casi la mitad del monte ourensano ha sido pasto de las llamas durante estos 17 años. De una superficie forestal de 512.000 ha ardido el 40%, un total de 202.000 hectáreas.

El porqué de este fenómeno incendiario no es fácil de explicar, ni siquiera para los expertos. No quieren señalar grandes intereses detrás, sino que apuntan más bien a una serie de problemas estructurales. La gran cantidad de superficie forestal, la propiedad privada en minifundios, el abandono del rural, la falta de ordenamiento forestal, el incumplimiento de las franjas de seguridad o incluso el arraigo a la cultura del fuego son algunos de los motivos que se intentan aportar ante la proliferación del salvajismo incendiario.

"A causa dos lumes próximos aos núcleos rurais está claramente relacionada co abandono do rural. Non hai moito tempo, arredor das aldeas non se atopaban fincas abandonadas e hoxe en día o máis corrente é atopar terreos sen coidar ao lado de vivendas. É dicir, que o monte está facendo desaparecer as zonas próximas ás aldeas que antigamente se dedicaban a agricultura e gandaría", señala Manuel Rojo, presidente del Colexio Oficial de Enxeñeiros Agrícolas de Ourense.

ORDENACIÓN

Para la ingeniera agrícola de O Irixo Gloria Bernárdez, "a correcta ordenación do territorio agrícola e forestal é clave para unha xestión do rural galego e ourensán do futuro, para o que os concellos e institucións deberían ter en conta a opinión dos diferentes colectivos de profesionais que traballamos no sector". Cree que la administración ha de cambiar muchas cosas. "Hai que revisar as leis actuais, pero máis preciso é aínda facer cumprir as que xa existen. Moitos dos lumes non chegarían ás aldeas se se cumprisen as franxas de protección, e sobre todo cunha ordenación forestal coherente e seguindo as normas", añade Bernárdez.

Esta falta de cumplimiento en las franjas de seguridad, que obliga a los propietarios de terrenos a tenerlos limpios de maleza a una distancia de 50 metros de las casas parece una constante. Los alcaldes han repetido por activa y por pasiva la dificultad para hacer cumplir la ley, y esta semana no eran poco los vecinos de zonas ardidas que clamaban al cielo por el mal estado de las fincas colindantes.

El ingeniero forestal y coordinador de montes del Sindicato Labrego Galego, Diego Sánchez Agra, apunta en esta dirección. "Non se están cumprindo as franxas de protección e hai responsables disto. Desde o noso sindicato temos feito varias denuncias por maleza cercana ás casas e temos comprobado como sempre se atascan nalgún punto da tramitación. A Xunta non actúa de oficio neste sentido, e moi poucas denuncias chegan ata ao final", critica.

El decano del Colexio Oficial de Enxeñeiros Técnicos Forestais de Galicia, Santiago García Sánchez, cree que "ás veces hai un 30% de parcelas que non se sabe de quen son" y cree que la ley prevé un mecanismo en cuanto a las franjas de seguridad "nin áxil nin fácil de aplicar", porque los concellos no tienen en ocasiones todo lo necesario para hacerla cumplir. García señala también a un problema de ordenación, "porque hai casas no monte e monte nas casas", y la estructura de la propiedad de la masa forestal, un 95% de carácter privado. "Temos un sitema de propiedade que funcionaba ben hai 100 anos, un minifundio que seguimos tendo hoxe, pero xa sen a mesma cantidade de xente, xa que moita dela emigrou a causa da propia estrutura, e moitas parcelas son dos herdeiros. Hai xente que non sabe onde ten as fincas", dice García.

Enrique González, ingeniero técnico agrícola de la consultora Geysa S.L.P, cree que la causa de los incendios forestales en Galicia en Ourense es el "desequilibrio" entre los ejes social, económico y medioambiental del medio rural. "Disponemos de una acuciante despoblación y envejecimiento de la población rural que desequilibra la interacción con los ejes económico y ambiental", señala. Para González, la actividad agraria y forestal ourensana es "insuficiente", al existir "una gran cantidad de tierras agrarias abandonadas y masas forestales mal conservadas". El futuro debería pasar, dice, por" intentar recuperar población en el medio rural, que a base de explotaciones agrarias e industrias agroalimentarias y forestales sustentables generase economía y tejido productivo local".

"CAPITAL SOCIAL"

Enrique González cree que la situación debería servir para crear "un capital social que genere una convicción grupal centrada en la prevención de incendios y planificación rural integrada realista".

Por su parte, Sánchez Agra considera que algo se está haciendo mal en los montes. "Cada vez dáselle máis para atrás a que haxa gando no monte, todo se está indo cara á produción de madeira", señala. "Non dicimos que o pino non, nin que o eucalipto non, pero hai que ir cara a unha xestión razoable; porque ademais un uso compartido do monte xeraría moitas rendas intermedias", matiza.

Este ingeniero forestal cree que el abandono del monte en Ourense "é máis agudo" que en el resto de la comunidad autónoma. "Está claro que o monte non é un xardín, pero ten que ter certos coidados. Cada vez temos unha menor actividade agraria, e os veciños do rural ven o monte algo máis afastado e teñen a sensación de que só serve para vender madeira", dice con rotundidad. Cree "fundamental" cambiar la ordenación. "Hai que darlle moito a volta. Só vemos a cantidade e non vemos a calidade. Nin sequera a madeira que vendemos a ten, a maioría tritúrase", dice.

El agente forestal Xosé Santos cree que el problema incendiario en Ourense "é un cancro con metástase" en el que se entremezclan el abandono del medio rural, la falta de prevención y unas condiciones meteorológicas clave. Santos pide que se "teñan en conta as opinións dos axentes sociais, e se involucre a universidade, empresas, sindicatos e gandeiros". Apunta a un "fallo multifuncional" y cree que el principal error es la "falta de prevención real" y una "valorización do monte entre a cidadanía". 

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