SE REANUDA LA ACTIVIDAD

La calle San Miguel recupera el movimiento de sus fogones

Entrada principal del SanMiguel, ahora cerrado (JOSÉ PAZ)
photo_camera Entrada principal del SanMiguel, ahora cerrado (JOSÉ PAZ)

El José Luis regentará el Pingallo y dos socios se hicieron con la cocina y gran salón del Sanmiguel.

La veterana calle San Miguel, en la ciudad, que vio como el año pasado, en pocos meses, cerraban sus puertas tres históricos restaurantes -Sanmiguel, Zarampallo y Pingallo- que convirtieron este vial en una de las referencias de la cocina provincial, verá en próximas fechas reanudarse esta actividad, aunque con distintos nombres y, en algunos casos, también con tipos de cocina muy diferentes.

Quizás el que se mantenga más próximo a su precedente sea el sustituto del Pingallo. El responsable del reputado restaurante José Luis, situado en la calle Bedoya, José Luis González, regentará el local y mantendrá "la apuesta por los productos de temporada y por una cocina estrechamente ligada al modo de hacer tradicional", dice, sin olvidar algún que otro toque innovador que aporte pinceladas de "nueva cocina".

Las obras de acondicionamiento de este segundo José Luis ya han comenzado y la licencia está concedida, esperándose su próxima apertura para la próxima Semana Santa, según confirma el responsable de esta ya cadena de restaurantes.

Sí hay cambios más radicales en los fogones del antiguo Zarampallo, donde reinó con sabiduría Ángeles González Cid, que mantiene la regencia del hotel. Tras ponerlo durante meses en alquiler, ha formalizado un acuerdo con una cadena de comida japonesa. Se trata de la cadena Sushidaki, que cuenta ya con establecimientos del mismo tipo en otras ciudades gallegas como Vigo, A Coruña o Santiago. OurenseKyoto, que así se denomina el nuevo establecimiento, ofrece comida nipona, especialmente sushi, y platos elaborados a base de pescados seleccionados, fiel a la tradición oriental; un toque de cosmopolitismo en medio del que fue el escaparate de los fogones más clásicos y reputados de la ciudad.



EL SANMIGUEL

Más complicada parece la continuidad del mítico restaurante Sanmiguel, que puso en marcha hace más de 60 años el fallecido Julio Martínez y al que dio continuidad su familia. A principios del pasado año cerraba sus puertas y, en la actualidad, la familia Martínez tiene alquilada la cocina a dos particulares de Ourense, que también compraron el salón de banquetes, aunque no han podido abrir por el momento. El problema es que, según reconoció Santiago Martínez, último gerente del restaurante, "carecen de licencia para poner el negocio en marcha". En el Concello confirman que se presentó la solicitud de licencia para uso similar al que tenía el establecimiento, pero hay un problema de titularidad de los locales, que debe ser resuelta fuera del ámbito municipal, donde no tendrían problemas, si salvan ese escollo, para abrir.

El hostal colindante con este restaurante ya fue vendido hace meses al propietario del cercano Hostal Cándido (rúa Irmáns Villar), que piensa reformarlo como hotel con encanto, destinando el bajo a cafetería y bar. 

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