COMERCIO - OURENSE

La Cámara acuerda con los trabajadores aplazar el pago de sus nóminas

Está al día con Hacienda y la Seguridad Social y busca nuevos ingresos

La Cámara de Comercio ha intensificado durante los últimos días sus contactos para mejorar los ingresos y con ello hacer frente a las obligaciones que tiene ya contraídas, apostando por su viabilidad futura. Una de esas urgencias es el abono de las nóminas a los 17 trabajadores de la entidad, que llevan dos meses esperando a percibirlas. Sin embargo, según fuentes de la entidad, los propios  empleados han aceptado el plan que les ha propuesto los directivos de la Cámara: el organismo público seguirá al corriente en sus pagos a la Seguridad Social y Hacienda, de forma paralela a las gestiones para obtener ingresos.

El pago a los dos departamentos públicos es imprescindible para que la propia Cámara pueda recibir ingresos procedentes de los pagos aún pendientes por su participación en varios proyectos sujetos a financiación pública. Es decir, la Administración no podría pagar el dinero que está pendiente si la Cámara no está al día en sus cuotas a la Seguridad Social y Hacienda.

Y es que la propia función de estas organizaciones presenta una curiosa ambivalencia: son corporaciones de derecho público que tienen que prestar servicios en los sectores públicos y privados, pero carecen de financiación pública para prestarlos.

Según los cálculos que manejan en la entidad, el aplazamiento del pago de la nómina podría prolongarse los próximos cuatro meses, un extremo ya comentado a los trabajadores. En las últimas semanas se han producido al menos dos encuentros entre miembros del comité ejecutivo de la Cámara de Comercio y los trabajadores, "que asumieron en todo momento con gran responsabilidad la situación", detallan las citadas fuentes.

A corto plazo la opción que maneja la Cámara es conseguir dinero por la participación en los proyectos y en la prestación de los servicios a los empresarios, mientras se abordan otras iniciativas. A medio plazo mantiene su intención de vender la sede que ocupa en la avenida de La Habana, que tiene una superficie de unos 900 metros cuadrados. Pese a que ha recibido ofertas por los locales aún no ha cuajado ninguna y en el supuesto de que fuese firme la propuesta todavía tendría que contar con el visto bueno del pleno y de la Xunta. 

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