ENTREVISTA

“MI ‘CARRERA' PREFERIDA ERA EL
PATIO DEL COLEGIO 
salesiano DE OURENSE"

photo_camera Fernández Artime mantiene vivos muchos recuerdos de Ourense

Ángel Fernández Artime, rector mayor de los Salesianos

Ángel Fernández Artime fue elegido por el Capítulo General rector mayor de los Salesianos el 24 de marzo pasado como décimo sucesor de San Juan Bosco en la segunda comunidad religiosa masculina más numerosa después de los jesuitas. Ordenado sacerdote con 26 años fue profesor de religión en el Colegio Salesiano de Avilés y director del Colegio de Ourense. En 2009 fue nombrado provincial de la Inspectoría Argentina Sur, con sede en Buenos Aires, cargo que ocupaba al ser nombrado rector mayor, aunque ya había sido designado Provincial de la Inspectoría salesiana con sede en Sevilla.

Durante su estancia en Argentina conoció y colaboró personalmente con el entonces arzobispo de Buenos Aires, cardenal Bergoglio, hoy papa Francisco.



Ha sido una carrera fulgurante.

Estoy muy lejos de sentir que ‘hago carrera’. Es más, no tengo mucha simpatía ante las situaciones de personas que tienen interés en ser conocidos por tal o cual persona, por aspirar a esto o lo otro. Personalmente me siento muy, muy lejos. Digo más: “mi patio” del colegio de Ourense era un lugar maravillosamente salesiano en el que ‘hacer carrera’. Ahí están nuestros jóvenes y esa es mi carrera preferida. Ahora me ha tocado este servicio, pero lo de menos son los títulos. ¿Nos creemos de verdad eso que nos dice Jesús en el Evangelio: 'Quien quiera ser el primero sea el servidor'?



Ha sido inspector (provincial) en España y Argentina y ahora la máxima autoridad de los salesianos. ¿Dónde se siente más cómodo?

Sin duda en las aulas, el patio y los encuentros juveniles. Pero comprendo que alguien tiene que hacer este servicio de animación y gobierno y yo he tenido que prestarlo durante diez años como inspector e iba a comenzar en Sevilla para la Inspectoría de la mitad de España. Después de la elección del Capítulo General no fue posible. Es muy diferente prestar un servicio de inspector o de rector mayor o el de educador en una casa salesiana. Con todo, siempre y en todo lugar he sido muy feliz como salesiano, aun viviendo realidades diferentes.



En Ourense se le conocía por su presencia en medio de los jóvenes... ¿Le va a ser más difícil ahora?

No me va a ser más difícil pero va a ser y está siendo diferente. La gran diferencia es estar cada día entre los jóvenes, como educador, verlos crecer de año en año, y otra muy diversa, encontrarme con ellos, incluso en visitas y días muy bonitos, pero con la certeza de que será muy difícil que nos volvamos a ver. Es otra manera de estar, pero siempre es muy bueno. Como rector mayor esa faceta es realmente preciosa y entrañable. En todas las visitas que estoy haciendo a las Inspectorías, los encuentros con los diversos jóvenes es de lo más significativo que vivo.



En Ourense se le recuerda por su alegría. La nueva misión supone que tiene que ser más ‘serio'?

-¡No!, de ninguna manera. Eso sí que no tiene nada que ver con lo que uno hace. No podría encontrarme con jóvenes del mundo siendo serio. Pero me ocurre igual en lo cotidiano, en el día a día. Si cambiara en este sentido, cosa que no creo, yo mismo no me reconocería y me haría daño a mí mismo.



¿Qué es lo que más recuerda de su paso por la ciudad de las Burgas?

Fui muy feliz allí. Recuerdo que las dificultades de gestión de una obra grande y compleja como esa no podían competir con la alegría que me producía la cordialidad y simpatía con los jóvenes más mayores, o con la sonrisa de mis chicos y chicas de la primaria, o con la mirada inocente de los peques del preescolar, o el sentirse en casa de los jóvenes de Amencer. Formábamos una linda comunidad salesiana religiosa y una bonita comunidad educativa. Recuerdo que estuvimos muy unidos aun en las dificultades. Eso permanece siempre en el corazón y la memoria.



¿Cree que en su elección ha pesado su amistad con el papa?

Ponerle el calificativo de amistad es excesivo. Nos conocíamos por ser él el pastor de la Diócesis de Buenos Aires, y yo el provincial de los Salesianos. Nos hemos tratado con frecuencia y siempre coincidíamos el 24 de mayo de cada año en la Basílica de María Auxiliadora de Almagro, donde fue bautizado. Siempre lo conocí como ahora se expresa y actúa, con el mismo estilo Evangélico.



¿Qué mensaje dejaría para la Familia Salesiana de Ourense?

A la Familia Salesiana no sólo en Ourense sino en el mundo, es la atracción y adhesión que sigue suscitando hoy Don Bosco, especialmente por haber sido profundamente humano y hombre de Dios. En todo el mundo el "Santo de los Jóvenes" sigue tocando profundamente los corazones de la juventud. Por eso seguimos sintiendo que Don Bosco hoy, en la Iglesia y en el mundo, tiene una palabra educativo-evangelizadora que decir, que comunicar. Don Bosco sigue queriendo aquí y ahora la felicidad de todos los jóvenes del mundo y su salvación (‘os quiero felices aquí y en la Eternidad’). A la Familia Salesiana en su totalidad, nos corresponde encarnar hoy, con la mayor fidelidad posible, al Don Bosco que ha de llegar a la juventud donde quiera que nos encontremos. Éste ha de ser nuestro compromiso y empeño también en esta casa salesiana más que centenaria, que es la de Ourense.



El pasado día 16 de agosto comenzó el bicentenario del nacimiento de D. Bosco con un nuevo rector mayor. ¿Cuál va a ser el espíritu que guíe este año jubilar?

El bicentenario ha sido pensado y preparado con afecto y reflexión por mi predecesor, el rector mayor Pascual Chávez, y su Consejo General. Han sido tres años de preparación profundizando en todo la Congregación y Familia Salesiana del mundo, la figura histórica de Don Bosco, su sistema educativo, pedagógico y evangelizador, y su espiritualidad. En este momento, el espíritu con el que queremos vivir este ‘año santo salesiano’ es el de profundizar en la autenticidad del seguimiento del Señor Jesús desde el carisma suscitado en Don Bosco, deseamos que sea un año, y todo un camino posterior, en el que vivir desde una profunda dimensión mística nuestra Consagración religiosa, transmitiendo un vivo testimonio de fraternidad evangélica, a fin de ser más radicalmente y siempre, servidores de los jóvenes, especialmente los que más nos necesitan: ¡los más pobres!



Don Bosco fue un hombre comprometido con los medios de comunicación de su tiempo. Los medios actuales,¿van ayudar a vivir el bicentenario?

¡Definitivamente sí! Estoy convencido de que Don Bosco, que buscó en su tiempo las mejores máquinas para su imprenta en Valdocco, y para la formación de sus ‘jóvenes aprendices’, hoy intentaría estar a la vanguardia en estos nuevos patios, y el mundo digital es un nuevo patio donde encontrarse con los adolescentes y jóvenes del mundo, y con los adultos en general.

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