Pese a que la mayoría carecen de trabajadores, los negocios de tamaño medio incrementan el empleo
Las empresas ourensanas comienzan a fortalecer músculo. Al menos se ha detenido la sangría y el número de empresas con actividad vuelve a crecer. Pero también la inversión en suelo o equipamientos para la mejora de la producción toma la senda ascendente. A finales del 2017 había en la provincia 23.140 empresas, frente a las 23.061 del ejercicio pasado. Y si la comparativa se hace con el 2015 se anotan ahora 149 empresas más que entonces. En los años de la crisis, por ejemplo en el 2014 —último del ciclo negativo—, había 22.663. Es decir, en tres años se recuperaron 477 negocios en la provincia.
Ahora la cantidad de firmas operativas se homologa ya con los años previos de la recesión, incluso se contabilizan más que las 22.846 activas en el 2006, último año antes del estallido de la crisis. Andrés Mazaira, director del Observatorio Económico Ourensán, advierte que es positivo que crezca el número de empresas, pero "no es suficiente". Percibe que "el escaso tamaño empresarial dificulta en muchas ocasiones que estas puedan implementar políticas efectivas y continuadas de innovación, así como el desarrollo de nuevos productos y nuevos mercados".
Efectivamente, conviene recordar que la mayoría de las empresas operativas carecen de empleados (12.549 frente a las 12.404 del año 2016), pero sí es relevante que ya se identifiquen empresas en las que se incrementan las plantillas. Por ejemplo, en el pasado año había en Ourense 423 negocios que tenían entre 10 y 20 empleados, mientras que un año antes eran 388. Y es que, como aprecia Ángel Pascual, economista y auditor, "hoy en Ourense una empresa con veinte empleados o más ya se puede considerar una pequeña empresa, en vez de una microempresa". Dice este experto que "al menos en el último año se aprecia que la pendiente negativa se ha detenido" y que las empresas ahora "han adaptado sus estructuras a una nueva realidad, son más flexibles". En definitiva, sostiene que "la crisis ya ha hecho lo suyo".
Jaime Pereira, secretario general de la Confederación de Empresarios, señala que "hace tiempo que en la CEO comenzamos a percibir indicios de la recuperación económica, pero en los últimos meses nos encontramos con hechos tangibles que demuestra que se ha producido un cambio de tendencia”. Y agrega: "Cada vez son más las personas que se dirigen a nosotros en busca de asesoramiento y apoyo para poner en marcha sus proyectos profesionales, de forma que el emprendimiento camina con fuerza". Pereira ve también "un incremento de actividad afecta a empresas de tamaño medio ya consolidadas", que miran ya a mercados internacionales. En ese escenario están las empresas de mayor entidad. En un solo año el número de empresas de entre 20 y 50 empleados pasó de 226 a 220 y de entre 100 y 200 empleados, desde 18 a 21. Andrés Mazaira subraya este hecho, pero recuerda que "si queremos construir una estructura empresarial consistente es imprescindible del desarrollo de estrategias claras que apoyen el crecimiento empresarial".
Contexto positivo pero saldo débil en nuevas empresas
Pero, además del censo empresarial, hay otros indicadores que demuestran el cambio de tendencia y el aumento de la inversión empresarial: en el año 2017 se vendieron en los polígonos industriales más terreno que la suma de los dos ejercicios anteriores, pasando de 19.659 comercializados en el 2016 a los 66.862 del ejercicio siguiente. La mayor parte de los asentamientos empresariales de la provincia están registrando en las últimas semanas ampliaciones de los negocios ya existentes o instalación de nuevas firmas. En otro ámbito, también la venta de vehículos a las empresas subió un 23,5% el último año y la flota de vehículos comerciales, un 13,8% en Galicia. Todo ello se produce en un entorno coyuntural de cierta recuperación generalizada, aunque hay muchos altibajos. Sin ir más lejos, ayer el Instituto Nacional de Estadística dio a conocer las cifras de creación de empresas en el mes de enero de este año. En Ourense se contituyeron 25, lo que representa el peor mes desde inicios de la crisis. En la mayoría de los casos se trata de sociedades que nacen como solución al autoempleo de sus promotores y la mayoría de los casos vinculadas a sectores como comercio y hostelería. Todas las que han iniciado su andadura son sociedades limitadas y con un capital social conjunto de 1,8 millones de euros. En el reverso de la moneda nos encontramos también que en el primer mes del año dejaron de existir 17 empresas, de las que 11 fueron de forma voluntaria y las otras seis por procesos de fusión.
