Centenares de personas siguieron a la “Borriquilla” y asistieron a la misa celebrada en la Catedral
El Parque de San Lázaro, ocupado por tan sólo unas decenas de personas repartidas por el entorno de la Subdelegación del Gobierno, escasamente 10 minutos antes de la hora marcada para la salida de la procesión del Domingo de Ramos, apareció mágicamente abarrotado a las 11,15, hora marcada para la bendición de palmas y ramos.
Con la aparición de la "Borriquilla", movida por un grupo de jóvenes de la Diócesis, fueron varias las mujeres que se acercaron a la carroza para tocar con su ramo la figura de Jesús entrando triunfante en el templo de Jerusalén y también las madres que quisieron hacerse una foto con su hijo o hija ante la venerada imagen -alguna con susto incluido, al moverse inesperadamente la carroza-
Manuel Emilio Rodríguez, párroco de Vilar de Astrés, actuó como maestro de ceremonias, animando, a través de los altavoces, a que los fieles siguieran con sus cánticos la ceremonia de la bendición, que corrió a cargo del obispo de Ourense, monseñor Leonardo Lemos, que tuvo un recuerdo para Santa Teresa en su 500 aniversario e invitó a los fieles a "vivir la Semana Santa con el corazón".
Entre los congregados, gente de todas las edades, como Eva María Yáñez, que acude a esta cita "siempre que puedo, cuando estoy en la ciudad", o su hija, Sofía Fernández, que calificaba la procesión de "muy bonita". Un buen comienzo para la Semana Santa.
