La patronal desoye la petición que ha hecho la Cámara de Comercio para que compartan sede
La Confederación de Empresarios de Ourense (CEO) deberá, "en cierta manera, seguir reinventándose constantemente" si no quiere ver aún más mermada su actual capacidad económica, buscando vías alternativas al modelo seguido los últimos años, que le permitió desarrollar proyectos gracias a contar con dinero público dedicado a los cursos de formación. Como esa vía ha quedado prácticamente cerrada —entre otras cosas por las dudas sobre la utilización que hacían algunas organizaciones de esos fondos— la CEO tiene que apretarse aún más las clavijas.
Según recoge el borrador del acta de la junta directiva y comité ejecutivo celebrada el 23 de noviembre y que se adjunta a la convocatoria de otro encuentro similar para el 21 de este mes, la patronal deberá contener el gasto corriente, al tiempo que avanza "medidas laborales restrictivas". Según el citado escrito, el secretario dijo a los asistentes que estas serán "lo menos traumáticas posible, al menos de momento". Pero entiende como tales "disminuciones de jornada de algunos trabajadores o no renovación de contratos temporales".
La CEO no ha renovado a tres trabajadores este año "por este motivo". Sin embargo, ayer mismo un portavoz matizó que "no me consta" que se vayan producir más bajas. La entidad reconoce que con recortar plantilla o ahorrar en gasto corriente no se endereza la situación. A los miembros de la junta directiva y comité ejecutivo el secretario de la organización les explicó que deben de "encontrar el equilibrio entre el personal necesario para dar vida" a nuevos proyectos que den viabilidad a la CEO.
La patronal consiguió que en sus cuentas del 2010 el 71% proviniese de la formación y la prevención de riesgos laborales, pero este año se quedó en un 38%. Es decir, pasó de 2.761.256 euros de hace seis años a los 461.179 del ejercicio actual.
Pero esta vía de ingresos tenderá a la baja, aunque se mitigue en el 2017, y así lo reconoce la dirección de la patronal provincial que se ve en la tesitura de reinventarse "en proyectos y servicios que puedan ser útiles" a los empresarios, a la sociedad, pero sobre todo que le dé estabilidad económica a la propia CEO.
LA CÁMARA
Las asociaciones empresariales están pasando por dificultades y la CEO y la Cámara son dos ejemplos. Ambas entidades han hecho tentativas de unir sus esfuerzos, pero la intención no ha pasado de una declaración de intenciones. El presidente de la entidad cameral, Juan Carlos Parada, apostó por la unidad de acción, incluso compartir la misma sede. Esa posibilidad ha quedado desechada, según pone de manifiesto el borrador del acta del último comité ejecutivo y junta directiva de la CEO. Se alude a la "colaboración y cooperación" pero nada más porque, acotan, "otra cosa muy diferente es que eso se vaya a llevar a cabo inmediatamente tanto el inicio de la actividad conjunta como el lugar donde se lleve a cabo". Además, advierte la CEO a la Cámara que antes de cualquier unidad o fusión esta debe adaptar su estructura de personal y funciones, así como saber qué quiere hacer con la sede actual.
