REPORTAJE

El charlatán que lo cura todo en Ourense

2017-08-12-photo-00000003-1-
photo_camera Algunos de los panflectos de los supuestos sanadores que circulan por la ciudad.

Aseguran que lo curan todo: la impotencia, los desengaños amorosos, la infelicidad, los negocios ruinosos. Los panfletos de estos falsos sanadores circulan a miles por las calles de la ciudad de Ourense.

Maestro Madu, profesor Fode, profesor Asana y Mahfu. Estos son algunos nombres de los curanderos africanos que estos días se anuncian en panfletos por la ciudad, ofreciendo a los viandantes la salvación para curar todos sus males. Prometen ayuda para "resolver con rapidez" cuestiones de amor, para atraer las personas queridas, alejar a los que nos atormentan, curar enfermedades de orígenes desconocido, solucionar problemas de drogas, tabaco y alcohol, además de asegurar el éxito en  los negocios, ahuyentar el mal de ojo, ayudar a encontrar trabajo, quitar hechizos, salir de una depresión e incluso recuperar la pareja en caso de separación. Aseguran que su método funciona, con resultados en siete días.

Estos pretendidos curanderos despliegan en la rúa do Paseo a repartidores con miles de panfletos  que entregan en mano a los viandantes. Uno de estos brujos, el que se hace conocer como profesor Fode, asegura tener la solución para la impotencia sexual y para alcanzar la felicidad plena.

Estos curanderos ofrecen múltiples números de teléfonos móviles para que los posibles clientes pidan consulta, cuyo precio gira entre los 30 y los 40 euros. "La consulta está en Ourense. No es a través de teléfono. Llamas, pides cita y el profesor te atiende personalmente aquí en Ourense", aseguraba una de las personas que repartía panfletos en el Paseo. 

Sin embargo, contactar por el teléfono con el curandero no es tan sencillo. Las personas que cogen el teléfono suelen dar cita normalmente para el día siguiente, pero durante la conversación son muy cuidadosos y desconfiados. No ofrecen ningún detalle sobre la sabiduría del supuesto maestro y tampoco desvelan su modo de trabajar o los métodos que utilizan. Durante la llamada, preguntan por el motivo de la consulta y son capaces del hacer un perfil de la persona que la pide. Ante cualquier pregunta incomoda cuelgan el teléfono, anulan la cita o esgrimen argumentos a la defensiva, tales como "el profesor tiene que irse de viaje y no puede atenderle".

Las fuerzas de seguridad están al corriente de la propaganda y servicios que ofrecen estos curanderos, como lo están de las personas que se dedican al tarot o la brujería. Aseguran que, más allá del reparto de esta propaganda que promete curaciones milagrosas, no tienen constancia de que se estén produciendo fraudes. "Hasta el momento no se dio ningún tipo de caso", aseguraron fuentes policiales.

Los curanderos ofrecen sus servicios durante todo el año, pero intensificaron sus ofertas durante el verano al entender que regresan muchos emigrantes de vacaciones y turistas, a los que ven como potenciales clientes.

Tras la primera consulta, según pudo saber este periódico, cita de nuevo al cliente para días posteriores. Entonces inician una especie de terapia por la que cobran cantidades que pueden llegar hasta los 600 euros e incluso más. Intentan conservar al cliente el mayor tiempo posible, con la intención de prolongar la curación y, en consecuencia, la sangría económica de la víctima. 

“No voy a hablar de eso. Hay que tenerles respeto"

Los curanderos gozan de buena fama entre sus compatriotas  "manteros". Todos aseguran conocer los panfletos que se reparten en la rúa do Paseo, pero ninguno es capaz de catalogar los servicios de los curanderos con una estafa. "No voy hablar de eso", aseguró el pasado jueves uno de los manteros. Su compañero de ventas recordó "que son profesores ,alguno con más de medio siglo de experiencia. Al menos, hay que tenerles un respeto", aseguró, negándose a dar más detalles.

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