EN OURENSE

Chequeo al gas radón en Ourense

OURENSE. 18/11/2017. Casas en construcción unifamiliares sin completar. FOTO: ivan dacal
photo_camera Chalés en construcción en el entorno de la ciudad.

El suelo de granito bajo el que vive Ourense convierte a esta provincia en una zona de riesgo por concentración de radón en viviendas, con un 20% superando los límites de la UE. Prevención y medición del gas en las casas, clave.

En países como Inglaterra, el nivel de concentración de radón influye en los precios de los seguros de vida o compraventa de las viviendas, con contratos que habilitan cláusulas para incluso tumbar acuerdos si la presencia del gas supera el umbral marcado por las autoridades. Un límite que la OMS sitúa en 100 becquerelios por metro cúbico de aire (Bq/m3), EEUU deja en 148 y la UE en 300, en la directriz que a partir del 8 de febrero del 2018 entrará en vigor en España, país que lleva años de atraso respecto a los nórdicos y anglosajones. Tomando el límite europeo, que creen "se queda corto", y tras efectuar más de 3.500 mediciones para elaborar su mapa de riesgo autonómico, el Laboratorio de Radón de Galicia estima que en Ourense dos de cada diez viviendas están en categoría de alto riesgo. "En Ourense, cualquier persona debería medir el radón de su vivienda y actuar en base a esos parámetros", explica Xoán Miguel Barros, profesor de Medicina Preventiva en la USC y director junto a Alberto Ruano de este centro de investigación universitario. Ambos definen al gas como "el enemigo invisible" y la OMS lo sitúa como "la principal causa de cáncer de pulmón en la población no fumadora, y el principal potenciador de esta enfermedad para los fumadores".

El radón residencial

El suelo en el que se apoya Ourense, en su mayor parte granítico, está en el eje de la cuestión. Rico en uranio, su descomposición libera el radón, que emerge del suelo, pasa al aire y se disuelve en la atmósfera. Un proceso que se rompe cuando, en su ascenso, el gas se topa con una vivienda. Ahí se concentra bajo los cimientos, y se va filtrando por grietas, tuberías... Un fenómeno, el del radón residencial, que en España se conoce en profundidad desde los primeros años 90. "Galicia tiene un problema muy grave. Sorprende que hasta ahora no se hayan tomado medidas. El Código Ético de Construcción ni habló, hasta ahora, del problema", explica José Fernández Seara, catedrático de Motores Térmicos en la UVigo y conocedor, por su investigaciones, del subsuelo gallego. Precisamente, Fomento está adaptando el documento mencionado por este ingeniero para adaptarlo a las obligaciones europeas. Exigirá requisitos para las nuevas construcciones que superen 300 Bq/m3, algo que en Ourense tendría destacadísima incidencia. En mente, evitar la entrada del gas en inmuebles de nueva edificación y reducir las filtraciones en viviendas ya existentes.

Aquí, la figura de los arquitectos se antoja clave. "Pero la mayoría de profesionales no están preparados para el radón", valora Barros, que insiste en la figura externa de la institución que dirige: "Tras medir en las casas, pasamos las conclusiones a las promotoras. Es muy importante que el que chequea el radón no construya luego las medidas de choque". La urgencia, dice, viene por encima de esos 300 Bq/m3. Por debajo, prima la correcta ventilación. "Y ahí aumentaría el coste energético asociado", valora Seara, que erige a la climatización geotérmica como una opción ante el radón, un sistema que tiene precisamente al granito en su mejor aliado, en cuanto abarata costes y aumenta rentabilización.

Granito, radón y geotermia

“Por su eficiencia, la geotermia cubre necesidades energéticas y puede servir como sistema de mitigación del radón. Me estoy planteando hacer una investigación en profundidad sobre el tema", avanza Seara sobre una línea de integración de áreas con la que ya trabajan en este sector energético. El catedrático explica cómo estas instalaciones de climatización, con los sondeos en el granito, se acaban convirtiendo en un camino preferente del radón. "Sale más fácil. Pero eso es positivo. Si situamos los sondeos estratégicamente, fuera de casa, el gas se deriva hacia ellos. Estaríamos ayudando a evitar que parte del radón entre", explica el catedrático, que reitera la necesidad de no hacer prospecciones dentro de la vivienda. "Ahí sí que sería un problema".

Interpelado sobre el tema, Barros es cauto. "Lo necesario es la extracción. Otra cosa es que aproveches el sondeo para implementar medidas anti-radón, como impulsores, arquetas… hacer un camino al gas para que no suba por donde no deba". Sí que es tajante el director del Laboratorio de Radón de Galicia en su optimismo: "El radón se puede eliminar o reducir a fronteras razonables. ¿Presupuesto? En los casos más graves, 3.000 o 4.000 euros".

¿Cómo se mide el gas radón en una vivienda?

elemento-01_result
Detector de radón

En la web del Laboratorio Galego do Radón facilitan los detectores necesarios para que un particular pueda conocer la concentración de radón en su vivienda. Este centro de de la USC, sin ánimo de lucro, dispone del sistema integrado o continuado. El primero, aconsejado para una primera valoración de la contaminación, necesita tres meses de estudio y el pack cuesta 96 euros. Por otro lado, la medida en continuo, recomendada para lugares de trabajo o tras hacer la integrada, cuesta 181 euros.  

A nivel privado, empresas como Inteko o Vesotec también trabajan en Galicia, cubriendo "desde el diseño de sistemas preventivos a mediciones y obras para controlar las emisiones del gas". 

Además, en Amazon se venden medidores -con precios que superan los 180 euros-, aunque su fiabilidad despierta dudas entre los expertos consultados.

Te puede interesar