Ourense

El cierre del año amenaza el impulso a proyectos clave para la provincia

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photo_camera El Museo Arqueolóxico.

AVE, Arqueolóxico o circunvalaciones, asignaturas pendientes de un 2018 en el que han despegado viejos anhelos como el enlace Polígono/A-52

La provincia de Ourense asiste con expectación a la recta final de un año que toda la clase política calificaba como clave en el devenir de algunos de sus proyectos estratégicos, la mayoría viejos anhelos que figuran desde hace lustros en las consignaciones presupuestarias de Xunta y Estado.

El balance, sin embargo, no es del todo negativo, ya que sí han comenzado a actuar las máquinas de obra en ciertas infraestructuras atrapadas durante años en la burocracia administrativa, como el enlace entre la A-52 y el Polígono de San Cibrao, la estación intermodal o la mejora de algunas de las vías de acceso a la ciudad de Ourense.

Con todo, los retrasos acumulados en la ejecución de inversiones por parte de las administraciones impedirán que la provincia disfrute de nuevas carreteras o del servicio ferroviario de alta velocidad hasta la próxima década. Habrá que esperar también a fechas similares para reforzar las dotaciones sociales y sanitarias, dado el baile de plazos con el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, el centro de atención a personas adultas con discapacidad o la nueva residencia de mayores.


Incógnitas


Las grandes dudas en estos momentos llegan desde Madrid, con partidas de los Presupuestos Generales del Estado habilitadas para licitar en el presente ejercicio, para que no se vean abocadas a nuevos retrasos, las circunvalaciones de la ciudad en su tramo entre Eirasvedras y Quintela (30 millones), cuyo proyecto depende de una auditoría de seguridad vial, o la de O Barco (62 millones), confiando el alcalde de la localidad valdeorresa, Alfredo García, en su materialización. En cambio, Fomento no podrá sacar a concurso las obras del tramo entre A Veiga de Cascallá y O Barco de la A-76, dado que el proyecto constructivo no estará listo hasta mayo.

También dependiente de Fomento, pero responsabilidad de Adif es la gran actuación por la que espera Ourense desde hace años, el AVE. En este sentido, pese a reiterar los distintos responsables que la  finalización de las obras llegará a finales de 2019 es inamovible, Adif debe adjudicar una veintena de concursos en las próximas semanas para no comprometer los plazos, de por sí muy ajustados.

Por otro lado, no solo en el área de infraestructuras existen dudas, sino que el Ministerio de Cultura debe cumplir con la licitación de la reforma del Museo Arqueolóxico, que el propio ministro garantizó recientemente al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, o la finalización del complejo de San Francisco (biblioteca y archivo) y su posterior dotación de mobiliario y equipamiento.


Realidades


Desde junio, la empresa Copasa ya trabaja a pleno rendimiento en la construcción del vial de 4,5 kilómetros entre la A-52 y la N-525, una conexión clave para mejorar la competitividad del Polígono de San Cibrao, pulmón industrial de Ourense, que será una realidad a mediados de 2020.

Antes, también estarán finalizadas las rehabilitaciones de algunos de las vías de acceso a la ciudad más transitadas como la avenida Otero Pedrayo o la OU-105. 


Retrasos


Equipamientos sociales como el futuro centro de atención a personas adultas con discapacidad en Barrocás o la nueva residencia de mayores de O Vinteún deberán esperar hasta 2020, fecha en la que la Xunta también confía en materializar el parque acuático de Monterrei, aunque por el momento ni siquiera se cuenta con el estudio de viabilidad.

La segunda fase del Plan Director del CHUO también se encuentra en un período de maduración, tras haber mudado los planes de licitar este año la reforma del Cristal y proyectar ahora un nuevo edificio junto al Materno Infantil.

También acumula retrasos la apertura del nuevo albergue de peregrinos, aún sin licencia. 

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