Los expertos señalan la escasez de agua como primer síntoma de un cambio climático que se dejará notar en la provincia
La provincia se encuentra en una insólita situación de alerta por sequía desde el pasado 1 de octubre, tras un año hidrológico para olvidar, el peor desde comienzo de siglo. Los expertos mantienen que parte de la anormalidad meteorológica puede ser atribuible al cambio climático, aunque no ven claro que la falta de agua de este año pase a ser la tónica habitual en los próximos periodos. La pauta común que sí apuntan las proyecciones es un cambio el régimen de lluvias que obligará a adaptarse a una nueva realidad, sobre todo en cultivos, los que más sufren las consecuencias.
"Este año no ha sido normal, es totalmente atípico, pero en principio esto no tiene por qué convertirse en lo habitual", señala Francisco Infante, delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Galicia.
La provincia se dirige a corto y medio plazo hacia unas lluvias más concentradas en fechas concretas y con periodos de sequía meteorológica más prolongados. "Hay un cambio de patrón y todas las proyecciones climáticas van en esa dirección, consecuencia del cambio climático", resalta Infante.
El cofundador del portal 4gotas, Carlos F. Balseiro, apunta en el mismo sentido. "Esta sequía está relacionada con el cambio climático, aunque no quiere decir que llegue para quedarse y que nos tengamos que acostumbrar a ella, pero sí que nos tendremos que acostumbrar a que los periodos prolongados de pocas precipitaciones irán a más", señala Balseiro.
Juan Antonio Añel, investigador en Física de la Atmósfera, Climatología y Meteorología en el Campus de Ourense, cree que "non necesariamente vai ter que chover menos, pero si que imos cara chuvias máis concentradas en días concretos". Este nuevo régimen de lluvias en la provincia traerá una serie de problemas aparejados. "O chan non é capaz de absorber toda a auga cando hai chuvia moi concentrada, e os acuíferos poderían sufrir a medio prazo", señala Añel.
El profesor titular en el departamento de Biología Vegetal del Campus Francisco Javier Rodríguez Rajo coincide en el análisis. "Estamos viviendo un cambio hacia un régimen de lluvias concentradas en determinados periodos y con etapas prolongadas sin agua, algo que podría producir que la cantidad anual de agua se mantenga, pero no el agua efectiva que llega al subsuelo", explica.
El futuro hídrico no solo varía por la escasez de lluvias. "Hay que tener en cuenta la afección del aumento de la insolación (horas de sol) y el calor prolongado, que reducen la humedad del suelo y hacen que el cultivo se esté resintiendo”, subraya Infante.
En la misma línea analiza la situación Añel, que considera que caminamos hacia una etapa "cos valores extremos cada vez máis extremos". En este punto, las que más se resentirán serán las zonas de montaña ourensana, que ya de por sí tienen valores muy oscilantes entre invierno y verano. "Nesas zonas todo apunta a que poderá sufrir un pouco máis as consecuencias do cambio climático", dice Añel.
De momento, los expertos apuntan a que no parece que Ourense corra el riesgo de sufrir sequías de forma habitual semejantes a las del sur de España, "aunque si una zona de Galicia está en peligro por escasez de lluvias esa es la provincia de Ourense y en especial la zona sur y este y O Ribeiro", afirma Balseiro.
En esto jugará un factor importante la conciencia ciudadana. "A transición cara a un cambio de patrón pode ser máis rápida en Ourense do que a xente pensa, porque aquí non estamos acostumados a darlle valor á auga como fan no sur, e o nivel de gasto é moito maior", concluye Añel.
