La organización se valía de cuatro vecinas, a las que ofrecieron 500 euros por recoger paquetes
Una operación antidroga iniciada por el departamento de seguridad nacional de Estados Unidos permitió la incautación de casi 1,5 kilos de cocaína en O Barco. La droga, procedente de Haití, venía oculta en archivadores remitidos en paquetes postales que llegaron al aeropuerto madrileño de Barajas para ser entregadas en cuatro domicilios particulares de O Barco. Tres de las cuatro destinatarias (una de ellas es menor) fueron detenidas el pasado viernes por agentes de Vigilancia Aduanera cuando la empresa de mensajería les hizo entrega de los bultos .
Las detenidas mayores de edad, Aylin Y.R., Yocasta M.R.A., y Susana B.G., pasaron a disposición judicial el pasado domingo y quedaron en libertad, pero imputadas en un delito de tráfico de drogas que causan grave daños a la salud. El fiscal valoró la colaboración prestada con la instrucción de la causa a la hora de no solicitar la prisión.
Las investigadas aseguran que desconocían que hubiera cocaína en los envoltorios. Se limitaron, según su versión, a facilitar la dirección de sus domicilios particulares. Según pudo determinar Vigilancia Aduanera, los envíos tenían como destinatario final al hermano de una de ellas, el dominicano Óscar Bladimir A.M., también residente en O Barco y que, tras conocer la operación, se dio a la fuga.
Las detenidas ejercían como intermediarias: supuestamente iba a cobrar cada una de ellas 500 euros por limitarse a recibir los paquetes. No obstante, según precisan fuentes de la defensa, sólo una de ellas reconoce que le ofrecieron ese dinero.
El departamento de seguridad nacional de EE.UU detectó los paquetes con la droga procedente de Puerto Príncipe y Petion Ville (Haití) en una empresa de mensajería de Miami. Cada paquete pesaba cerca de dos kilos, con 500 gramos de cocaína en su interior. Los remitentes -figuran nombres distintos- declaraban que contenían documentos administrativos u otro tipo de formularios.
En España, Vigilancia Aduanera solicitó al juzgado de guardia de O Barco la entrega vigilada de los paquetes hasta su destino final con el fin de identificar a su receptor final y la aprehensión de la sustancia estupefaciente.
La operación, que sigue abierta, está bajo secreto de sumario ya que se trata, según fuentes judiciales, de una organización criminal con varios escalafones en su entramado.
Por su parte, el letrado de las jóvenes asegura que "son meras víctimas", instrumentalizadas por la banda. Añade que facilitaron sus direcciones particulares por "favores de amistad", desconociendo el contenido de los paquetes. n
