ACCESOS AL CASCO HISTÓRICO

El Concello proyecta eliminar los bolardos en los accesos al Casco Vello

photo_camera Control de acceso en la rúa Julio Prieto Nespereira.

Pide ideas a las empresas que opten a regular la semaforización

El Concello de Ourense ultima la contratación del mantenimiento de la red de semáforos de la ciudad, una concesión en manos de la empresa Sice desde 2003 que lleva más de un año en precario tras finalizar el contrato, por el que se abonan 545.000 euros anuales.

Aprovechando este proceso, el gobierno local pretende cambiar el sistema de regulación del acceso de vehículos al Casco Vello, que se incluye dentro de las responsabilidades de la concesionaria de este servicio, actualmente controlado mediante un sistema de bolardos que fue instalado a principios de la década pasada, con Manuel Cabezas como alcalde.

Para ello, en la redacción de los pliegos técnicos del nuevo contrato, se ha incluido un apartado en el que se demanda a las empresas interesadas en conseguir la gestión del mantenimiento de los semáforos de la ciudad que presenten ideas para instalar sistemas alternativos que controlen el flujo de vehículos por el Casco Vello y permitan modificar el sistema actual, para dar paso a uno más moderno que elimine los pivotes.


Viejo debate

El control con bolardos ha sido un constante elemento de debate en el Concello. En el pleno de diciembre, Democracia Ourensana presentó una moción -aprobada con sus votos y los del PSOE- para pedir su retirada, alegando que era un modelo "obsoleto, poco práctico e ineficiente", y recordando que una media de diez vehículos son dañados al mes por este sistema, lo que genera una serie de quejas al Concello de propietarios de vehículos, tratadas habitualmente en las juntas de gobierno local y que suponen, en muchos casos, que se tenga que hacer frente a una indemnización por los perjuicios ocasionados.

En la sesión plenaria, se rechazó una enmienda del grupo del gobierno local, en la que se comprometía a estudiar la problemática para buscar una solución, al entender que era inviable asegurar su eliminación. En 2013, fue el propio PP, en aquellos momentos en la oposición, el que urgió un cambio en el modelo para instalar un sistema de cámaras que permitiese digitalizar las matrículas y eliminar los bolardos.

La posibilidad de un cambio la planteó también hace un año la actual empresa que gestiona el mantenimiento de los semáforos, durante la negociación de una prórroga del contrato por cuatro años, un acuerdo que no fructificó.

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