ESTADO MOBILIARIO URBANO / OURENSE

El Concello reconoce la falta de control sobre las cabinas

Ourense. 1-04-2015. Cabinas que son obtáculos. Progreso. Paz
photo_camera Las cabinas a veces son obstáculos.

El gobierno local dice ahora que prepara una ordenanza para poner orden en el mobiliario urbano 

Una nueva ordenanza municipal reguladora de la vía pública, que se encuentra en fase de elaboración, pretende implantar una vigilancia y unas exigencias más severas sobre el estado del mobiliario urbano, entre él las decenas de cabinas telefónicas abandonadas, llenas de pintadas y cartelería ilegal e incluso sin teléfono, reduciéndose a ser un mero soporte publicitario de la empresa de telefonía, aunque su estado de deterioro dañe también la imagen de la empresa. La concejala de Comercio, Juana Ageitos, anunció ayer esa ordenanza municipal, todavía en pañales, al tiempo que reconoció el "penoso" estado de deterioro de las cabinas, considerando que "además, no contribuyen a trasladar la imagen urbana y moderna de ciudad que queremos que se refleje a los ciudadanos".

Con la actual ordenanza, que Ageitos reconoce que "no se adapta a los nuevos tiempos", el Concello, alega, no puede hacer prácticamente nada para evitar la imagen que ofrecen estas cabinas. Por ello, "lo que vamos a hacer con esta futura ordenanza es, no sólo que paguen el canon que toda empresa debe abonar por usar la vía pública, sino exigir que se encarguen del mantenimiento adecuado y de obligar a que tengan la estética adaptada a la imagen de la ciudad; en caso contrario, se verá qué medidas se toman". La edil señaló que con este reglamento se pedirá a la empresa responsable un informe "porque quizás haya un exceso de cabinas, y habrá que valorar" su número.

La empresa explotadora sólo paga el canon al Concello por usar la vía pública, al igual que un pulpeiro o una churrería, pero todos los beneficios que producen las cabinas, tanto por su explotación publicitaria como por la recaudación, son íntegramente para la empresa. Dada la proliferación y el uso masivo de locutorios, sobre todo por parte de la población inmigrante, y del reinado del teléfono móvil, la rentabilidad de las cabinas ha disminuido enormemente, si no desaparecido, y por eso la empresa explotadora elimina la inversión en mantenimiento, convirtiéndose las cabinas en un soporte meramente publicitario pero irregular y en un espacio para la cartelería ilegal y el vandalismo.

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