El colectivo social continúa subsistiendo lastrado por serias dificultades económicas
El Concello y el Comité Cidadán Antisida han renovado el convenio de colaboración a través del que la entidad local concede una subvención anual de 27.000 euros para el desarrollo de los programas del colectivo social. Este acuerdo, alcanzado tras la reunión mantenida ayer por el coordinador del Comité, Agustín González Ferro, con el alcalde, Jesús Vázquez, supone un balón de oxígeno para la asociación.
Y es que la delicada situación económica del Comité Antisida ourensano se había convertido en un grave problema, incluso para su supervivencia. El apoyo institucional se suma a los sacrificios de su personal en favor de la causa que persigue. "Nos mantenemos con gran esfuerzo por parte de los trabajadores, que siguen teniendo retrasos en sus nóminas, fundamentalmente porque las subvenciones se pagan a final de año y suelen retrasarse sus convocatorias", explica González Ferro, que augura una mejora del procedimiento que agilice estas ayudas.
El coordinador del Comité Cidadán Antisida reconoce que el colectivo social ha salido a flote "gracias a sus cinco trabajadores, la gente que nos ha apoyado en prácticas y los voluntarios", lo que ha permitido sobrellevar las dificultades económicas y mantenerse todavía operativo. Su importante labor social es una de las razones de su superviviencia, ya que "cerrar un recurso de estas características, probablemente no ofrece posibilidades de reabrir", explica Agustín González, consciente de que ello "dejaría sin cobertura a una población importante que no tienen otra voz".
‘Calor y café'
No es poca la importancia del papel del Comité Cidadán Antisida con los enfermos de la ciudad. Su coordinador destaca la relevancia de la actividad llamada 'Calor y café', que destinada tanto a afectados por el VIH como a ciudadanía en general, ofrece "un espacio abierto donde además de cubrir la necesidad del café de la mañana, permite transmitir el mensaje de prevención y atender otras necesidades, como mediaciones en servicios sociales o en juzgados". Esta actividad cuenta con una participación que ronda los 40 ó 50 usuarios, sobre todo en invierno.
A estas personas se suman las ocho que conviven todo el año en la casa de acogida de la asociación, que actúa como un centro para aquellos enfermos "que ya tienen un nivel de deterioro importante, tanto a nivel sanitario como social"; todavía son numerosos los afectados por el VIH que se encuentran en una situación próxima a la marginalidad. Además, y como actuación para evitar contagios, el Comité proporciona gratuitamente jeringuillas o preservativos.
