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Congo aprenderá a ser terapeuta

Burro en San Cibrao das Viñas.
photo_camera Congo, en su antiguo hogar.

Un matrimonio de Currás, en San Cibrao, cuidaba a este burro después de que su dueño falleciese. Ahora la pareja está enferma y una asociación de Coles lo ha adoptado. Pero necesita transporte a su nuevo hogar.

A Congo le separan solamente 25 kilómetros de su nuevo hogar. Un matrimonio de Currás, en San Cibrao das Viñas, cuidaba a este burro desde que su vecino, el antiguo propietario, falleció. Ahora es esta pareja la que no puede hacerse cargo del animal por motivos de salud. Ardai, una asociación ubicada en A Telleira, en Coles, que realiza terapias asistidas con animales abandonados, acogerá a Congo para darle una nueva vida en sus instalaciones. Solo hay un pequeño inconveniente: sufragar los costes del traslado del animal desde la aldea de Currás. Se busca voluntario que lleve a Congo a su futura casa desinteresadamente.


Un caso excepcional


A Progape llegó el caso de estos vecinos de Currás, que lamentaron que un problema de corazón de uno de ellos les impidiese cuidar al animal en las mejores condiciones, como venían haciendo desde que su vecino falleció y adoptasen al burro. La petición, nada habitual para una protectora acostumbrada al abandono de perros y gatos, movilizó las redes sociales con la imagen de Congo, que pronto conquistó a los internautas. Por suerte, el animal encontró su segunda casa de adopción, sin salir de la provincia.

En Ardai, que hasta hace cuatro meses disfrutaban de la compañía de otro burro–falleció–no dudaron en hacerse cargo del animal cuando conocieron su historia. "Es un burrito muy joven, apenas tiene 12 años. Los señores se desvivían por él, pero lamentablemente no pueden cuidarlo más. Nosotros tenemos animales procedentes de abandonos que trabajan en programas de terapia con menores o personas con discapacidad, por ejemplo. Los caballos viven sueltos, no están herrados y los entrenamos sin violencia. Aquí no hay fustas. Esa es nuestra filosofía", cuenta Izcalli Fernández, fundadora y presidenta de Ardai.

Congo ocupará el lugar que dejó el otro burro que vivía en las instalaciones de la asociación en Coles y, muy probablemente, podrá ayudar a la gente en las terapias asistidas que se realizan en este espacio. Es un animal muy cariñoso.

"Es difícil saber todavía si podrá participar en las terapias asistidas. Primero tendrá que pasar un periodo de adaptación, ver cómo reacciona al lugar y a los otros animales de la asociación. Pero es un burrito que no tiene ningún problema con la gente. Una caricia es suficiente", añade Izcalli Fernández.

El animal, que hasta ahora vivía en un espacio reducido en una finca, tendrá una nueva oportunidad rodeado de otros animales y cuidado por los miembros de la asociación Ardai. Eso sí, ya adelantan que habrá que ponerlo a dieta, aunque su estado de salud es aceptable y todavía tiene gran esperanza de vida, ya que con 12 años se considera joven. "El burrito necesita más espacio, moverse, cuidarlo... Hay que revisarle los pies y cuidar mejor su alimentación. Está un poco gordo, hace falta que adelgace un poco", explica la fundadora de la asociación.

En Ardai, indican que reciben una subvención desde hace un tiempo, pero sus socios se encargan de todos los gastos y del mantenimiento de los animales, por lo que piden ayuda para el traslado de Congo. "Por supuesto que se va a traer a la asociación, pero si nos ayuda alguien que tenga un remolque y pueda traerlo hasta aquí, mejor", dice la fundadora de la asociación.

De momento, a Congo le separan 25 kilómetros de su nueva vida en Coles. 

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