CLAVE SEMANAL

Tomes la decisión que tomes

En tiempos de crisis un presidente no hizo mudanza y se equivocó. Y si se mudase, también se equivocaría. Hay que tomar decisiones en política, como otro presidente, que no había hecho más que perder.

Lunes, 25 de junio | Los tiempos de San Ignacio de Loyola

En tiempos de tribulación, no hacer mudanza. La frase, tantas veces atribuida a San Ignacio de Loyola, parece que no es de su exacta autoría. Expertos y estudiosos de la figura del fundador de los jesuitas matizan que en vez de tribulación dijo desolación. Al margen de la disquisición lo que nos ocupa poco tiene que ver con la ética, la filosofía, siquiera la fe. Vivimos tiempos de tribulación, de desolación y de otros adjetivos finalizados en on, sin necesidad de ser aumentativos. Quedarse quietos en crisis, tribulaciones o desolaciones puede ser bueno para el alma, malo para el cuerpo, pésimo para el negocio. El tránsito desde las potencias del espíritu a las necesidades del estómago no es fácil, como no lo es discernirlo en estas líneas. No moverse provoca postración, anquilosamiento. Por las páginas del periódico se desgrana una iniciativa comercial de la ciudad que tiende a buscar fórmulas para captar clientes, que es lo mismo que sobrevivir. Subidos a la bici, hay que pedalear, sino te caes. Los comerciantes de la rúa da Paz han decidido apostar y no llorar. O llorar menos. Pero, siempre se puede estudiar a San Ignacio de Loyola detrás del mostrador, que tampoco es mala cosa. Y no hacer tribulaciones, ni desolaciones, ni mudanzas.

Martes, 26 de junio | Hagas lo que hagas vas a equivocarte

Supongo que lo peor de tomar una decisión es saber que no acertarás hagas lo que hagas. En el supuesto de que te llamases Alberto Núñez Feijoo lo tendrías crudo. Si quisieses irte a presidir el PP serías un político que pones por encima tus intereses personales y tus ambiciones políticas por encima de los compromisos adquiridos ante los electores. Si por el contrario no te tienta el envite y decides no quemar tus naves en la calle Génova entre Casados, Sorayas y Cospedales eres un débil, un cobardica, un prisionero de no sé qué pasado, rehén de dosieres y fotos en la cubierta de un barco. Hay batallas que se pierden sin disputarlas. Esto es como la España de los Botejara, en la que hubo una guerra que la ganase quien ganase la perdieron los poetas, decía la cancioncilla. Poca poesía en la refriega política. En el supuesto de que te llamases Alberto Núñez Feijoo y quisieses tomar alguna decisión deberías hacerlo, claro, pero a sabiendas de que no acertarías nunca, como ha sido el caso en estos últimos días. El celebérrimo general americano MacArthur dijo que "el objetivo mismo de la guerra es la victoria, no una prolongada indecisión. En la guerra no hay sustituto para la victoria". En la política, por lo que se ve, lo importante es tomar decisiones y a veces lo accesorio es si ganas o pierdes. Mira sino lo que le ha pasado a Pedro Sánchez, ahora presidente del Gobierno, y hasta hace nada uno de los mayores perdedores de la historia reciente de España.

Miércoles, 27 de junio | Lo de creer, leer y cometer errores

Dijo el viejo león comunista Fidel Castro: "Nosotros no le decimos al pueblo 'cree'; le decimos lee". Vale, nosotros también. Leed: la ciudad se queda en el limbo con el último adiós a los presupuestos. Cuando el rey Juan Carlos señaló a Adolfo Suárez para pilotar el cambio político en la España que sobrevivió a Franco un historiador como Ricardo de la Cierva dijo aquello de "qué error, qué inmenso error", palabras que le sobrevivieron y pusieron de manifiesto que el error fue su interpretación, no la decisión. Qué error, que inmenso error confiar en una corporación como la de Ourense, que no nos ha tocado, la hemos votado. Han llegado hace ahora tres años pidiendo a la ciudad "creednos" pero ahora lo que procede es decir "leerles". O escuchadles, o analizarles. Veintisiete personas llamadas al enredo, a multiplicar por la enésima potencia el más nimio de los problemas, incapaces hasta para hacer los recados, un pelotón que serían despedidos en cualquier empresa. La ciudad sigue sumando días perdidos "gracias" al mal uso que se hace de una institución como el Concello. Pero, aún queda un año. Tampoco os decimos "creed", solo "leed", veréis como acabáis citando a Ricardo de la Cierva. O a Castro.

Jueves, 28 de junio | Un par de ejemplos sobre la dignidad

Una familia se pone digna, pero diga de verdad y sus miembros apelan a sus profundos ideales que, por supuesto, difieren de la A a la Z con todos los demás integrantes. Lo cuestionan absolutamente todo, discrepan de la compra en el súper, el aseo doméstico y qué menú preparan. Por supuesto sus diferencias les llevan a no pagar impuestos, a no trabajar. Todo lo hacen basándose en sus nobles y profundos ideales. A la tal familia le caen órdenes de embargo, la mugre se adueña de la casa, de la que acaban deshauciados. No tienen un euro y en el súper no les fían. Familiares y amigos se escapan de ellos como de la peste y viven ya al margen de la sociedad. Preguntados por las razones de vivir en esa acracia responden que han querido emular al Concello de Ourense y probar qué se siente viviendo al margen de la lógica y el entendimiento. Pero lo han perdido todo, cosa que no les pasa a los munícipes ourensanos. Eso sí, ambos ejemplos lo son de una dignidad encomiable.

Viernes, 29 de junio | La plaza y el cambio de concepto

Y llega la nueva plaza de abastos provisional, que lo será por muchos años. Aún con deficiencias el espacio es coqueto y da una imagen diferente. El cambio es físico, pero el cliente no espera por nadie. Se acabaron ya reproches y ahora toca vender, toca conquistar a un consumidor que valora cada vez más el producto del mercado. Pero, sobe todo, toca cambiar de mentalidad a muchos placeros,

Sábado, 30 de junio | Los disparos a la misma diana

Arranca la fiesta. El fin de semana la ciudad tiene un gran ambiente. ¿Tenemos la ciudad en perfecto estado de revista? 

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