REPORTAJE

Cuando unos se van, otros llegan

Las estadísticas detectan que la población inmigrante en España está disminuyendo. Aunque no es una norma aplicable a todas las nacionalidades. China, Rumanía o Senegal han aumentado su presencia. 

La crisis económica en este país, la aparente recuperación con oportunidades laborales en otros continentes, el programa de retorno voluntario para inmigrantes y el endurecimiento en la aplicación de la ley de extranjería, han sido algunas de las posibles causas que han contribuido a la pérdida de población extranjera. De los 16.711 habitantes de otras nacionalidades que en 2010 tenía la provincia se ha pasado a los 13.478 contabilizados a 1 de enero de 2015, por el instituto nacional de estadística.

Pero no es una regla aplicable de manera homogénea a todas las nacionalidades. Brasileños y colombianos se encuentran en el extremo de los descensos, 638 y 535 menos desde 2010, respectivamente. En el lado contrario se encuentran los originarios de China y Senegal, que han aumentado su presencia en estos últimos cinco años en 130 y 35 respectivamente. Aunque Rumanía es la de mayor incremento.

Itamar Roberto Norbiato, quien llegó a Ourense a finales del 2008, es consciente de este nuevo éxodo de sus compatriotas. "Es cierto que muchos se han ido. Yo creo que muchos se fueron coincidiendo con la crisis europea y con el aparente ascenso de la economía brasileña, sobre todo con motivo de los acontecimientos deportivos. Muchos montaron incluso sus propios negocios, aunque ahora algunos están arrepentidos de haberse ido". Roberto se encuentra plenamente integrado en la sociedad ourensana, "mi mujer es de aquí, y la mayoría de mis amigos también. De la gente de brasil que yo conocía ya casi no queda nadie". llegó sin trabajo, pero con esfuerzo ha logrado montar un negocio propio, un gimnasio, por eso tal vez lo que más le molesta son los estereotipos que puedan recaer sobre él por su nacionalidad. "No me gusta que se crea que todos los sudamericanos son de fiesta continua y peleones. Venimos marcados con ese sello, somos muchos los que sólo queremos trabajar". También conoce algunos compatriotas que, sobre todo hace dos o tres años, "fueron invitados a dejar el país al tener problemas para legalizar su situación".

Sandra Ángel Barbosa lleva 15 de sus 37 años viviendo en Ourense, trabajando once de ellos en la hostelería. Llegó desde Colombia como turista y recuerda que "al principio fue muy duro todo" y además, asegura, "éramos muy pocos entonces, si llegábamos a veinte ya era mucho". Aunque en los años posteriores, sí hubo una llegada masiva de colombianos, "hubo un momento extraño de contratos ficticios", y ahora de nuevo ha llegado la bajada de residentes procedentes de ese país. "Muchos trabajaban aquí en la construcción y se vieron obligados a marcharse. Aunque la mayoría de los colombianos no ha regresado a su tierra, para allí han vuelto muy pocos. Se han ido principalmente para Inglaterra y para Canarias". Sandra Ángel también asegura que "hubo un porcentaje pequeño de gente que tuvo mala suerte, pero la mayoría no supo aguantar: "No me gusta, me voy", decían, y descuidaron también el tema de los papeles y al final les llegó la expulsión".

CHINA Y SENEGAL

Desde China llegó hace ocho años, Guang Xiang Gang, quien no habla el castellano y su hijo bin ejerce de traductor. "Vino primero mi madre a barcelona, porque tenía una amiga, y después llegamos mi padre, mi hermano y yo". La historia de Bin y su familia resulta difícil de conocer, porque son pocos los detalles que están dispuestos a compartir, además de la dificultad del idoma. "Trabajar" es la palabra que más repite Bin. "Aquí viene la gente porque conocen a alguien que ya está en españa. Yo tengo amigos en otros sitios y hablo con ellos por internet, aquí no conozco a casi nadie". Bin y su madre están, como asegura, "todo el día en el negocio, hay que trabajar".

En el año 2000, llegó a Ourense Abdoulaye, aunque no lo hizo directamente desde senegal, sino desde Italia. Aquí ya tenía hermanos y un tío. "Unos vienen porque tienen aquí a alguien, algún familiar o conocido, y otros llegan solos, sin nadie. Cada persona es un mundo", señala Abdoulaye, más conocido por Paco. Destaca también que "nosotros somos muy sociales, y si aquí llega un senegalés, lo ayudamos, no va a dormir en la calle". La venta ambulante y negocios como locutorios o tiendas, son su principal ocupación 

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