El monologuista ofrecerá su nuevo espectáculo a los ourensanos el próximo viernes, 6 de marzo, a partir de las 21,00 horas, en el Auditorio de Ourense
El monologuista David Guapo ofrecerá su nuevo espectáculo a los ourensanos el próximo viernes, 6 de marzo, a partir de las 21,00 horas, en el Auditorio de Ourense; un espectáculo que, según asegura, es "totalmente inédito. No hay nada de lo que se ha visto en youtube o en televisión, todo el texto es nuevo, con mucha más improvisación".
¿Cómo saltó de músico a monologuista?
En verdad no hubo salto. Fue una evolución natural, no hubo un punto de inflexión, sino que se fue desarrollando así. Yo he sido siempre de dejarme llevar, nunca me he obsesionado con una cosa ni con la otra, va surgiendo todo.
¿Es más difícil emocionar con la música o hacer reír?
Creo que hacer reír, por eso hay muchos menos monologuistas buenos que cantantes buenos. Hacer reír es lo más complicado que hay.
¿Qué es un monologuista en realidad?
Creo que es más una disciplina teatral o de directo que una persona, porque entre los monologuistas hay estilos muy diferentes. Pero como disciplina es una persona sola en el escenario ante un público sin cuarta pared..
¿Es más importante lo que se cuenta o cómo se cuenta?
Como monologuista, creo que lo que se cuenta, como cómico, cómo se cuenta. Porque hay gente que incluso sin contar puede hacer reír, en un silencio o en un gesto. Los monólogos son una combinación.
¿Hay temas que nunca tocaría?
Creo que si se hace humor de verdad, cualquier cosa se puede tocar, siempre y cuando consigas hacer humor, hay cosas más complicadas. Lo malo es cuando crees que estás haciendo humor y eres el único que lo crees.
¿Molesta lo políticamente correcto?
Yo trabajo bastante libremente. La hipocresía de lo políticamente correcto creo que está en la televisión. Porque lo que a unos no se les acepta, por ejemplo en el Club de la Comedia, a otros sí en series, como Aida, por ejemplo, o en Torrente. El directo lo bueno que tiene es que cada uno es consciente de lo que hace. Yo sé que soy dueño de mis palabras y las reacciones del directo son las que me voy a llevar. Hablo de lo que conozco y es lo que me permite hacerlo bien.
¿Modifica su espectáculo en función del público?
Sí, incluso en función del día. En un año el espectáculo ha cambiado tres veces. Hay días que la gente está más receptiva y eso te da pie a probar cosa nuevas y luego te las quedas.
¿La actualidad le da temas?
Procuro que no, porque es muy efímera, y no hay nada nuevo en lo actual, siempre es más de lo mismo, además está muy contaminado porque la gente lo une a política. Me baso más en la actualidad de las cosas que nos pasan a diario.
¿Lo mejor y peor de su trabajo?
Lo mejor hacer reír y estar con gente que se ríe, es una sala llena de felicidad. Lo peor no poder llegar de otra forma al público, como puede hacer el músico con un disco.
¿Están valorados?
No estamos tratados ni como artistas ni como actores, estamos en el limbo, somos un poco intrusos. No hay un premio anual al monologuista del año, ni a la dirección o creación del monólogo. El género monologuista no está ni considerado ni clasificado.
