MENORES

Los delitos cometidos por menores crecen: más de 300 denuncias al año

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photo_camera Los jóvenes agresivos han aumentado en los últimos años.

El consumo de drogas incide en los comportamientos agresivos de jóvenes hacia sus padres, alertan desde los juzgados

En la Fiscalía de Menores de Ourense trabajan con historias poco amables : expedientes de reforma (diligencias judiciales) por agresiones a los propios padres, peleas en lugares de ocio o colegios, actos vandálicos, acosos escolares, hurtos cometidos en los centros comerciales de la ciudad... Pero también con experiencias que rezuman esperanza, porque las soluciones que allí plantean (desde internamientos a libertades vigiladas o terapias), si existe implicación, resultan eficaces. Para muchos jóvenes, el paso por el juzgado de menores sirve de punto de partida para asentar comportamientos futuros más razonables. Experiencias amargas que dan paso a pensamientos más sabios, advertían los clásicos.

Las infracciones penales cometidas por adolescentes que coquetean con la delincuencia aumentaron el pasado año: 298 denuncias, un 11% más que en 2015, a las que hay que sumar 39 delitos leves (las antiguas faltas). Entre cinco y siete menores, son detenidos cada mes.

Pero en la provincia, según fuentes judiciales, no preocupa tanto el leve ascenso como otras conductas asociadas al delito como, por ejemplo, la incidencia de las drogas. La Policía Nacional reconoce que en el último año aumentaron de forma espectacular las actas de intervención de estupefacientes a menores, marihuana y hachís, debido a un consumo cada vez mayor de dichas sustancias en la población juvenil ourensana. Estas intervenciones se sancionan en el ámbito administrativo si bien por parte de la fiscalía se incoa un expediente de protección a los jóvenes consumidores para que los servicios sociales valoren si existe alguna situación de riesgo que justifique la mediación de la Xunta.

Y preocupa, especialmente, la relación entre consumo de drogas y los delitos de violencia doméstica intrafamiliar ejercida por los menores sobre sus padres y hermanos. Un fenómeno que siempre se existido, pero no en las dimensiones que ha adquirido en los últimos años, cuando los casos más extremos han comenzado a tener una presencia más acusada en la fiscalía y el juzgado.

 En Ourense, cada vez son más lo padres que piden el auxilio judicial : si en hace un década los expedientes eran anecdóticos, en 2012 llegaron a 34, el pico máximo registrado. Un año después bajaron a 20 para volver a subir en 2014 (26). Los procedimientos por maltratar a los padres fueron 21 en 2015 y 26 el pasado año.

No obstante, la magnitud del problema supera a la estadística, según explica el fiscal de menores de Ourense, José Manuel Ucha. "La denuncia de los padres es el último recurso ante una situación familiar límite", asegura. 

Estas conductas violentas suelen transitar por distintas fases: comienzan con desafíos a la autoridad de los progenitores, a veces a edades muy tempranas, para pasar directamente a los insultos, amenazas y empujones. A partir de ahí, la violencia siempre va a más. Sus protagonistas no pertenecen a familias desestructuradas, un tópico que se desmiente a diario en la fiscalía. Pero los "pequeños emperadores" sí tienen otras coincidencias entre ellos: impulsividad, un bajo nivel de autonomía, poca capacidad de resistencia a la frustración o baja autoestima.

En estos casos, como en otros relacionados con menores, es importante afrontar la situación cuanto antes, según los expertos. "Cuando un adolescente o joven comete un delito es un momento crítico en su vida y en la de su familia. De no reconducir el comportamiento antisocial corre el riesgo de que vaya a más y se consolide", explica Raquel Crespo,  portavoz de APES, asociación  especializada en prevención y educación social. Y es importante -añade- "encontrar la causa que están detrás de esa conducta para poder intervenir sobre ella y evitar que esa persona entre en una espiral de la que será difícil salir". Además, enfatiza, "cuanto antes comienzan este tipo de conductas, mayor posibilidad de que se consoliden, de ahí la importancia de la prevención social". 

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