La policía, que los atribuye a personas toxicómanas, insta a la población a velar por sus pertenencias en locales públicos
Los hurtos en establecimientos abiertos al públicos, sobre todo comercios y bares del centro de la ciudad, comenzaron a incrementarse desde finales del pasado año. Pero el chorreo llegó a partir de enero.
Mientras que todos los delitos denunciados en la comisaría bajaron en los dos primeros meses de 2017, los hurtos aumentaron un 47% con respecto al mismo periodo de 2016 -pasaron de 40 a 59-. Muchos de los objetos sustraídos son móviles (hoy en día es fácil que superen los 400 euros, la cantidad a partir de la cual hay detención por ser delito). Por su parte, los leves pasaron de 146 a 178 (+21%). En total, cuatro hurtos denunciados al día, teniendo en cuenta que, según la Policía, en muchos casos, cuando los objetos robados no son valiosos, tan siquiera se comunica a las fuerzas de seguridad.
La Policía Nacional, que ya tiene identificados a la mayoría de los autores, los atribuye a personas toxicómanas muy activas, con consumos elevados de estupefacientes. "Siempre son los mismos, en torno a cinco personas, que actúan con un modus operandi característico ya que entran en las cafeterías, pubs o tiendas a cara descubierta, no emplean armas y aprovechan descuidos para apoderarse de bolsos, carteras o móviles que tienen fácil salida en el mercado negro a cambio de dosis de droga", explica la portavoz de la Policía Nacional en Ourense y responsables de Participación Ciudadana, Teresa Ramos.
Los establecimientos más afectados por estos hurtos son los bares, sobre todo los pubs, tiendas de electrónica y hasta las perfumerías, aunque, tal como precisa Ramos, actúan en cualquier comercio en el que vean la más mínima oportunidad de conseguir su objetivo.
El 90% de estos hurtos -valora-se esclarecen aunque frenar la incidencia es complicado: hasta que acumulan varias condenas es difícil que vayan a prisión. Además, en el caso de hurtos menos graves (las antiguas faltas por objetos de menos de 400 euros) son necesarias varios para practicar una detención en base a la reiteración delictiva.
Por esta razón, responsables de las unidades de investigación policial instan a la prevención, con un mayor control de las pertenencias, por parte de las potenciales víctimas como mejor arma contra los rateros que otean los descuidos. Consejos muy fáciles: "Es recomendable que los fumadores no dejen sus pertenencias en el interior de los bares cuando salen a la calle, no dejar el móvil encima del a mesa cuando se va a pagar a la barra, evitar colgar el bolso en la silla e ir al baño con el bolso... En suma, no perder de vista las pertenencias", detalla la portavoz policial.
Asimismo, la Policía Nacional aconseja a los comerciantes que llamen al 091 cuando vean rondando por sus locales a personas sospechosas.
Tres personas acumulan 32 detenciones
Entre los delincuentes más activos figuran tres que suman 32 detenciones:
Sonia G.B. (40 años), apodada como "La reina del descuido", ingresó en prisión el día 10 por un robo con violencia y nueve hurtos (no graves) en febrero. La policía, debido a su toxicomanía, llegó a asegurar que estaba fuera de control, con una actividad delictiva diaria. Desde octubre de 2016, fue detenida en ocho ocasiones por delitos de hurto (tres veces en los últimos 15 días de febrero) e identificada 28 veces por delitos leves.
José Lucas O.C. (35 años) es conocido en ambientes policiales porque hizo de los robos al descuido su modus vivendi:
preferentemente en trastiendas o detrás de barras y mostradores cuando los responsables realizan labores de limpieza. Pasó a disposición judicial el 9 de marzo por seis hurtos en cafeterías en noviembre de 2016 y un robo con fuerza (1.400 euros de una registradora) cometido a principios de mes, pero quedó en libertad.
Ramón P.F. (44 años) tiene como seña de identidad los hurtos en hospitales. La policía lo detuvo por siete hurtos de carteras y móviles en el CHUO en el mes de enero de este año.
